Estuario
José Alcalá-Zamora
17 junio, 2004 02:00Buena parte de los poemas del libro son de amor, y en ellos consigue Alcalá-Galiano sus más altos logros. Las referencias a sus maestros, los poetas del siglo de oro, son constantes. Pero no todo es en Alcalá-Zamora personal recreación de la tradición clásica. También se atreve a iniciar un soneto con referencias más contemporáneas, casi costumbristas. O con juegos fetichistas que recuerdan a Luis Alberto de Cuenca, como en el soneto que comienza "Acúname en la suave lencería/de tu ropa interior", y termina con "drógame con los sueños delirantes/de tus zapatos de tacón de aguja". No cabe duda de que Alcalá-Zamora es un fácil, quizá demasiado fácil, versificador. Sus aciertos y sus desaciertos se derivan de ello. Y para el poeta que tiene tendencia a dejarse llevar por el soniquete del ritmo y el tamborileo de las rimas nada más arriesgado que ceder a la tentación del soneto, tan difícil al comienzo, pero que, una vez que se le coge el truco, parece que termina escribiéndose solo. Hubo grandes poetas que eran así: abundosos, derramados, escasamente autocríticos, dándonos en un mismo libro -como Unamuno en su Cancionero- lo mejor y lo peor. Alcalá-Zamora, sin embargo, recuerda menos a Unamuno que al académico y premio Cervantes José García Nieto.