Image: A pesar de los vientos

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Poesía

A pesar de los vientos

Manuel González Sosa

21 febrero, 2014 01:00

manuel González Sosa. Foto: Archivo

Salto de página. Madrid, 2013. 224 páginas, 14,50 euros

¿Quién ha leído a este poeta? Prácticamente nadie. Como explica Andrés Sánchez Robayna en su introducción, rica y ajustada, casi todo lo que publicó Manuel González Sosa (Guía de Gran Canaria, 1921-Las Palmas de Gran Canaria, 2011) tuvo, por decisión del propio autor, tiradas muy reducidas, de un máximo de cien ejemplares, lo que ha impuesto sobre su obra, hasta el momento, una especie de clandestinidad. Esta edición de su poesía completa por Salto de Página puede y debe cambiar ese desconocimiento. Y debe hacerlo porque aquí hay poesía sin más.

En una de sus notas, Manuel González Sosa expone la idea de que escribir dentro de una poética implica una limitación y cree que su trabajo responde a "condensación de tantas tradiciones concéntricas y superpuestas. Una poética que registra sumas y restas" y también que la obra ha de ser "fruto de un proceso genuino impulsado por una íntima necesidad irresistible". Su desinterés por ocupar plaza de poeta y la lectura de sus poemas confirman todo ello.

Como bien indica el prologuista, esta poesía responde a una visión elegíaca que respondería al gusto por la poesía de Keats. La "sombra", entonces, cobra un protagonismo de símbolo: "La sombra, esta luz mía" llega a escribir en un juego de sabor barroco; y más allá de lo particular, "Somos hombres:/ pájaros de la sombra"; y con ella lo oscuro, lo sombrío, van tiñendo los poemas de la conciencia de la muerte, consecuencia de la meditación sobre lo humano, sobre la vida. No es ajena a esto la lectura de Unamuno, que habría sido una de las decisivas. Todo se precipita hacia su desaparición y, así, "La dicha se deshace más pronto que las cosas/ y de esa ascuas queda solamente la ausencia".

Hay en este conjunto una notable diversidad de formas. Desde una cierta predilección por el soneto, en los que muestra soltura y magisterio, a los poemas en prosa de Entrevisiones, delicadas notas de un viajero, que no un turista.

Sólo puede celebrarse esta edición que viene a corregir una anomalía. El lector se sorprenderá al gozar de una palabra poética verdadera, surgida de la emoción en armonía con la reflexión. ¿Quién no leerá ahora a este poeta?