Rocío Álvarez Albizuri. Foto: YouTube.

Además de publicar libros, la periodista y fotógrafa Rocío Álvarez Albizuri (Madrid, 1987) ha difundido su arte en vídeos, ilustraciones y audios. Su tercer poemario, Ceremonia animal, contiene un prólogo de otro artista polifacético: Luis Eduardo Aute.

Álvarez Albizuri, cuya obra anterior, Diamond bird, fue un conjunto interactivo de poesía ilustrada y videopoemas para iPad, usa con fines creativos las novedades tecnológicas, pero su ingenio luce también en las formas tradicionales de comunicación. Primera singularidad: su audacia está presente en expresiones muy variadas. Como segundo enlace, un leve enigma une la mayoría de las estrofas de Ceremonia animal. Así, aunque los textos tratan, sobre todo, de los clásicos asuntos del amor, en ellos no escasean los detalles sorpresivos. "A veces te olía en el crecer de los robles", escribe la poeta, y los versos que preceden y siguen a estas palabras nos dejan rastros de parecido misterio. La tercera característica común es el entusiasmo vital. A pesar de las pequeñas dosis de melancolía, percibimos la euforia incluso en el irracionalismo de muchas imágenes: "Tu mente fosforescente se hace agua / yo la vierto / con mi jarra azul cobalto / y nadamos juntos / hasta la ribera".

El libro empieza y termina con dos títulos en francés (Il commence le rituel y La fin du rituel). Son señales de una cuarta peculiaridad: la fina ironía que la obra encierra. Los animales (dos conejos muertos, el pescado que grita, una ballena de acero identificada con la prosperidad) acentúan la sorna. En el poema "Aún hay leche", el desengaño amoroso queda definido con tres dardos: "Cierro los ojos ahora, / te veo tumbado en la cama, / con forma de niño de hielo". Con deseos claros de innovación, Rocío Álvarez Albizuri y Ceremonia animal representan aire libre e inconformismo en el panorama de nuestra poesía reciente.