Poesía

Lo que los ojos tienen que decir

Alberto García-Alix y Jenaro Talens

7 noviembre, 2014 01:00

Cátedra. Madrid, 2014. 144 páginas. 18 euros

Imagen y palabra. O poemas y fotografías. No como ilustraciones de aquéllos a éstas ni como glosas de los unos a las otras. No. Como explica en un interesantísimo prólogo Jenaro Talens (Tarifa, Cádiz, 1946), lo que aquí se presenta no son los trabajos de un poeta y los de un fotógrafo -o a la inversa- que, realizados independientemente, se reúnen en una publicación, sino que en esta ocasión lo uno y lo otro conforman un todo, una unidad de significación. Como dice el poeta, un "iconotexto", y quien lo dice ha realizado anteriormente otras colaboraciones con artistas. Es ahí, en esa intimidad esencial de palabra e imagen, donde cobra sentido el título: ojos y decir anudados por la sintaxis y así sucede en las páginas de este libro, páginas para la conjunción. Y, sin contradicción alguna, tanto las fotos como los poemas tienen plena validez por sí mismos.

El resultado es espléndido, como era de esperar de la reunión de la escritura de Talens, uno de nuestros poetas esenciales, y de Alberto García-Alix (León, 1956), cuyas fotografías son siempre, indiscutiblemente, piezas de arte. Unas imágenes que resultan siempre impactantes, reveladoras, de una mirada singular a las cosas, cuerpos, autorretratos, naturalezas muertas, edificios, paisajes, detalles de todos ellos, una mirada que pone a la vista con sus características tonalidades las cosas mismas dotadas ya de aura, siendo ellas y algo más. La poesía de Talens podría caracterizarse como una larga e intensa reflexión sobre el yo que habla, y en torno a la cuestión de la referencialidad, de la que la primera viene a ser un punto particular. Y así sucede en los que aquí se presentan, además de que en el prólogo él propio poeta plantea estos asuntos una vez más.

El lector informado reconocerá en los poemas algunos datos de la biografía de Talens, pero nada más lejos de lo autobiográfico, pues, como él mismo ha explicado "nunca he hablado de mí", pero sí "desde mí", como, por lo demás, no podría ser de otra manera. Un verso como "captar el aire donde estuvo ¿quién?" ilustra bien la problemática desasosegante en torno al sujeto, ese tema recurrente del pensamiento contemporáneo. En conexión con ello, surge el problema de la memoria: ¿acaso es la vida?, ¿su relato?, ¿una ficción? En uno de los poemas, tras aludir a la infancia, la comparación "como en un álbum de fotografías veladas por la luz" deshace una idea tópica. Una escritura como vía de conocimiento para el poeta y el lector.

Poemas excelentes y excelentes fotografías, estos iconotextos hacen que este libro sea un gozo.