Image: Vivo en Suecia. Antología poética

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Poesía

Vivo en Suecia. Antología poética

Sonja Åkesson

1 abril, 2016 02:00

Sonja Åkesson. Foto: Archivo

Vaso Roto. Madrid, 2015. 352 páginas, 24€

La biografía de Sonja Åkesson (Buttle, 1926 - Halmstad, 1977) es tan compleja como sorprendente. Nacida en una isla, abandona el colegio a los trece años. Se gana el sustento como camarera y telefonista. Consigue emplearse en un matadero. Casada con un ebanista, uno de sus hijos fallece de leucemia a los dos años. Tras unos cursos de escritura libre, Åkesson se introduce en los ambientes artísticos de Estocolmo. Contrae matrimonio con el escritor Bo Holmgren. A partir de 1957, destaca como representante del movimiento poético "Nueva sencillez", corriente opuesta a un grupo de autores de literatura intrincada. Combina la nitidez expresiva con la intensidad y se convierte en una de las poetas suecas de mayor éxito. Redacta libros con su tercer marido, Jarl Hammarberg. Compone piezas de teatro y letras de canciones. Vive en una comuna. A principios de los años setenta, el alcoholismo y los trastornos mentales la confinan en un hospital psiquiátrico. Todos estos pormenores los transmite Francisco J. Uriz, traductor y prologuista de la antología Vivo en Suecia.

La obra empieza con un grito cuyo origen desconocemos. En el poema siguiente, "Taxonomía", se dibuja una frontera entre los hombres de vida apacible y los seres que observan túneles, cavan la tierra y "barren buscando el cosmos con sus flameantes barbas negras". La separación entre las personas prosigue en el segundo libro. Sonja Åkesson hace un retrato de sí misma ante quienes poseen alma, escuchan a los árboles, no padecen las tenazas del crepúsculo. En sus textos describe la soledad de las mujeres. La poeta, consciente de su aislamiento con respecto a los hombres y la Naturaleza, es el principal ejemplo de dicha soledad. Para el tercer poemario, Åkesson elige la prosa surrealista y la burla fina. Su humor contiene un elefante fiel, el roble viejo que da una vuelta de campana, la begonia metafísica.

¿Por qué Sonja Åkesson consigue la popularidad en Suecia? Con la publicación de su libro Husfrid, en 1963, desvela el lado oculto de su país. Los 287versos de "Autobiografía", su respuesta al beatnik Lawrence Ferlinghetti, reflejan la opresión sutil padecida por las mujeres. Debajo de una aparente calma, palpita el tedio. Percibimos una angustia compuesta de ollas de cobre, velas, glaseados, roderas y cabañas rojas. La indiferencia masculina circula en automóviles. El estilo de la poeta se adapta a su ingenio. De nuevo la escritora regresa a la expresión sarcástica. Su ironía nombra hilos, bebés, muletas y un animal inventado: "tromperizo". Con ligereza calculada comunica el pánico frente a la muerte y la histeria de un ser atrapado en ritos domésticos. La autora se considera un juguete de la culpa. Lo comunica con alusiones a músicos, revistas, fármacos. Y no cuesta comprender que Sonja Åkesson fuese una referencia para el feminismo en Suecia. Leemos la amargura de quien deshace los tópicos del matrimonio. Incluyendo frases publicitarias, utilizando a menudo la técnica conversacional, nos muestra las cárceles del hogar.

Por último, sus días en un centro psiquiátrico dan un fruto estremecedor, el poema "Privilegiada", que comienza con el verso "Esta es una habitación para llorar". Han desaparecido todos los adornos y bromas. Una pared, el agua, las saetas y los cigarrillos forman el decorado. La larga queja avanza sin que disminuya el dolor: "Allí el llanto se mete horadando hacia dentro". Åkesson se define al describir la estancia. Dice que ve a sus compañeras sentadas "cada una en su secador / de tristeza".

Editadas en versión bilingüe, las composiciones que forman la antología Vivo en Suecia pertenecen a diez poemarios. Abarcan dos décadas de escritura. Francisco J. Uriz traduce de manera que los versos fluyen con naturalidad. Sus notas aclaran varios detalles de los textos. El conjunto sirve para que Sonja Åkesson se dé a conocer entre los degustadores de la buena poesía.

@FJIrazoki