Opinión

Actores contra la guerra

9 mayo, 1999 02:00

Los expertos contables del Tribunal de Cuentas han encontrado las ya antiguas obras del Teatro Real plagadas de irregularidades. ¿Líos? Haberlos los hubo, pero achacar a irregularidades una desviación en el presupuesto de cinco mil a veintitrés mil millones es un disparate. Todos sabemos por qué se consignó aquella cifra inicial: para empezar el proyecto sin polémicas de obras faraónicas...

N o se engañen, era obvio desde el principio que lo del dinero subiría bastante más. En fin, el asunto es ya cosa pasada. Lo que sí es actualidad es la carta notarial de terceros -sólo informativa, que no cunda el pánico- que recibieron todos los patronos del Teatro. Alguno hubo que perdió la color.

C omprobarán que todos son iguales. La edad, en esto del aplauso, no importa: sus gestos y actitudes son ya los de sus mayores. Sí, los cachorros del "babyboom", los Volpi, Andahazi, Méndez Guédez y compañía repitieron en Madrid el rechazo a la crítica que se atreve a ejercer como tal, y juzga, cuestiona, ensalza y condena. Los quieren, ellos también, colaboracionistas y entregados. Menos más que los de la otra orilla reconocen que los críticos de aquí son más profesionales. Algo es algo.

Con talante bien distinto, José Jiménez Lozano contempla impasible cómo en el mismísimo "Le Monde" planean dedicarle varias páginas a sus dos primeras obras, recién traducidas en el país vecino, en otros tiempos tan poco amigo de lo ajeno.

E n otros tiempos no muy lejanos fueron enemigos enfrentados, pero ahora Montserrat Caballé y Albin Hänseroth, ex director artístico del Liceo y actual responsable en Hamburgo, son tan íntimos como para que la diva invite al alemán a dirigir el Primer Concurso de Canto Montserrat Caballé que se celebrará en Sant Juliá de Lòria a primeros del mes que viene. Y es que no en vano Montserrat Martí logró debutar en Hamburgo sin mamá y cantando una ópera.

No lo duden, en ocasiones lo peor no es estar solo, sino tener amigos para siempre, y con memoria. Ahora, una vieja amiga del gran Witold Gombrowicz acaba de publicar "su" recuerdo de los últimos días bonaerenses del escritor, y tampoco tiene desperdicio: "Solía vivir -explica- en el cuarto de un conventillo y hasta pasó hambre. Un día en que no tenía comida se encontró en la calle Corrientes con un indigente, se lo comentó y éste le dijo: ‘No se preocupe, tengo la solución. Tengo un cadáver y habrá suficiente para los dos’. Tomaron un tranvía que los llevó hasta la casa de un obrero, en las afueras de Buenos Aires. Entraron. En uno de los cuartos estaban velando a un muerto. La gente lloraba y rezaba. Después de haber dicho alguna plegaria, los dos amigos se dirigieron hacia uno de los cuartos donde había una mesa puesta con vino, cerveza, sándwiches y otros manjares preparados para aliviar la pena de los deudos. Comieron y bebieron silenciosamente..."

Más feliz ha debido de ser la fiesta de cumpleaños de Cabrera Infante. Caribe y zumbón, con sus setenta recién estrenados, no pudo asistir a lo del Cervantes pasado, pero ahora, ya repuesto, reconoce que el suyo, el del pasado año, fue la culminación, en cierta manera, de sus escritos en español. Sin embargo, y a pesar de la sorpresa, la mayor fue la de Mama Grande Ballcells, que fue quien le dio la noticia por teléfono, gritando: "¡Ganamos! ¡Ganamos!" Y él, un caballero, le agradeció mucho su emoción.

De momento, los viejos leones no se rinden. Vean si no al bueno de Mickey Rooney, que a pesar de las pésimas noticias que sobre su salud corrían acaba de regresar a los escenarios neoyorquinos con una nueva versión de "El Mago de Oz" que recala en el Madison Square Garden hasta mediados de mes. Y no hace de Bruja del Oeste, sino un papel más a su medida. El de Mago. ¿O no?

Magia va a tener que hacer la OTAN para explicarnos su particular "guerra" conforme aumentan los "errores colaterales", los muertos civiles. No sé, pero me temo que irán perdiendo el apoyo de la opinión pública conforme avanzan los bombardeos. Para empezar, que ya era hora, han perdido el de la mayoría de los actores españoles. Mañana, la sala Mirador de Madrid recibe a toda la profesión, que se ha apuntado en tropel para exigir el cese de los bombardeos. Solana no va a tener más pelotas que parar la guerra. Les adelanto algunos de los nombres para que vean todos los que faltan: Carlos Hipólito, Rosa María Sardá, Pere Ponce, Coque Malla, Javier Bardem, Pepe Sancho, El gran Wyoming, Fernando Colomo, Candela Peña, María Asquerino... Hay otros que no estarán pero se adhieren, como Nuria Espert, Mario Gas o Hector Alterio.

Se representó El Cid en Sevilla. Gran triunfo. Todos estuvieron allí y hasta varios coincidieron en el mismo restaurante. La planta primera de Casa Robles convocó a un trío bienavenido. Me cuentan que, en mesas separadas, con muchos nervios en alguno de ellos y pocos saludos, almorzaron dos críticos musicales y un compositor gestor. De foto, aunque en música aún no se han inventado los paparazzi. Quienes sí hablaron -tan largo y tendido en el cóctel siguiente a la ópera como para ser una de las comidillas- fueron Plácido Domingo y uno de los críticos anteriores, que hace unos días publicó un artículo sobre él. ¡Lástima de micrófono espía!

I nasequible al desaliento, aunque había participado en "Lorquiana", el disco-homenaje a Lorca organizado por Ana Belén, Kiko Veneno ha decidido organizar uno dedicado a Rafael Alberti, al que contribuirán músicos importantes de España y algunos no tan conocidos. Al parecer, Veneno pretende musicalizar los poemas del gaditano para reflejar en toda su variedad la obra de Alberti y rendirle un homenaje del siglo "a un autor comprometido con todas las gamas de la condición humana. Porque las ha pasado todas, por temperamento, por edad y por viajes".

Hay que ver lo bien que le va a Sergi Belbel. No sólo acaba de ganar el premio Molière a la mejor obra cómica por "Después de la lluvia" -un pequeño éxito del Théâtre de La Poche de Montpar-nasse-, sino que la próxima película de Ventura Pons será la adaptación de una obra suya de teatro cuyo título es todavía secreto. Y además, dentro de un mes le visitará la cigöeña por segunda vez. Enhorabuena.

Y también para José Luis Cuerda, quien firma, unas páginas más allá, un estupendo artículo sobre Fred Astaire en el centenario de su nacimiento. Enhora- buena, digo, por su última película, "El lenguaje de las mariposas", que por fin se estrena este próximo mes de septiembre, en plenos exámenes, ya saben. Cuerda está contento con su adaptación del cuento de Manuel Rivas, y se nota. Así que apunten: en otoño tocan mariposas, aunque no precisamente sus alas.