Opinión

Chatea que algo queda

La Papelera

30 mayo, 1999 02:00

Bienvenidos a estas líneas. Hay una guerra en marcha... Y yo he retirado todo aquello que pudiera servir al enemigo... Estamos solos hasta que cambien los tiempos, y todos aquellos que han sido traicionados regresen como peregrinos a este momento en que nos negamos a darnos por vencidos y a llamar poesía a la oscuridad.

T odo llega. Por ejemplo, el fin de la fatwa de Salman Rushdie y con ella, su sometimiento a los rigores de la promoción, no tan crueles pero igualmente implacables. La semana que viene el padre de Los versos satánicos estará en Barcelona, y la editorial que lo trae ya lo tiene todo apalabrado -nombre en clave, mapas, faxes- en medio del misterio habitual.

Q ué envidia me da Terenci Moix, todo el día haciendo auto-stop en las carreteras de la información. Me dicen que hasta chatea con egiptólogos, ufólogos y novelistas de otros planetas (¿o eran de Planeta?) en pos de quisicosas y otros datos para su próxima novela, que le tiene enclaustrado. Tan bien, o mejor, instalado en la modernidad anda el chileno Luis Sepúlveda, flamante best-seller del mercado italiano. Cómo se nota que la novela ecológico-guerrillera-pacifista marcará la moda editorial del próximo siglo. Al tiempo.

Y hablando de pacifistas, qué carita la de Juan Bonilla para mirar la paja en el ojo ajeno y no ver las vigas que le cuelgan como pestañas. Hace unos años, unos años ya, les conté lo de Agustín de Foxá, y desde entonces su expediente crece como un geranio. ¿Y si todos los homenajeados por Bonilla le organizan un homenaje?

Más de lo mismo: nadie conoce a nadie, y menos a sí mis-mos. Ni a los que admira, ni a los que invita a los saraos. Ya lo saben: atinen en lo que organicen, no sea que le salgan tan respondones como esos treinta escritores de muy diverso pelaje y condición, Nobeles incluidos, que "homenajearon" en Boston a Hemingway en vísperas de su centenario. Fue una fiesta en la que no faltó de nada. La surafricana Nadine Gordimer acusó al escritor de no haber comprendido "jamás verdaderamente cómo es áfrica" y Derek Walcott, de "racismo y antisemitismo". ¿Por quién doblan las campanas? Por él. Más felices se las prometen los organizadores del festival Hemingway de Key West (Florida), el mayor de la historia, que durará diez días, del 16 al 25 de julio, coincidiendo con el centenario de su nacimiento. .

¡Qué sopor! ¡Hay que ver lo
aburridos que salimos todos después de esas insufribles "Golondrinas" del Real. ¡Qué despilfarro! No había manera de que los pajarracos de marras alzasen el vuelo, por mucho que José Carlos Plaza derrochase ideas, a veces incluso más de la cuenta. No. Una zarzuela discreta no es una ópera por mucho que la alarguen y le metan pomposidades sin cuento. Por mucho, en fin, que sea repertorio español, hay que reconocer que el verismo de Usandizaga es peor que el de del peor Mascagni.

O tros directores de teatro andan preparando sus bolos veraniegos y no precisamente por la costa. Esperanza Roy, por ejemplo, ha elegido la árida Mérida para estrenar la comedia de Aristófanes La asamblea de mujeres. La dirige Strasberg, el hijo de su padre, y me dicen que tendrá formato de musical, que es lo que toca. Que se lo pregunten si no a ángel F. Montesinos, que también prepara otra del género. Lleva unas semanas en el Alcázar de Madrid con audiciones, escarbando entre jóvenes cantantes y bailarines.
Está visto que el mal ejemplo ha cundido, y si Francisco Ayala es candidato al Nobel de Literatura por la Junta de Andalucía, ahora es Javier Tomeo el candidato que propone la Diputación de Zaragoza. ¡Esto se mueve! ¿Para cuándo un Ayuntamiento? ¿Y las comunidades de vecinos?

En fin, seguimos en campaña, shalalalalá, Cristina (¡menudo himno electoral se ha marcado el bueno de Gurruchaga!). El caso es que, una vez más, y al rumor de las urnas, los candidatos rinden un frágil y quebradizo examen de conciencia con la cosa cultural como pretexto. Lo de siempre. Que el cine, el teatro y las letras enganchan al elector. Por eso, los candidatos socialistas descubrieron en el Invernadero de Arganzuela sus afanes salvadores con unas gotas de realidad, sazonadas con demagogia y manifiestos.

Hace un par de días se presentó a la Prensa la penúltima bom-ba cinematográfica, "The Matrix", de los hermanos Wachowski, un derroche de efectos especiales y poderío imaginativo. Habrá críticos que no traguen, pero la película, protagonizada por un rejuvenecido Keanu Reeves, consigue mantener al espectador ojiplático durante dos horas. La sala rebosaba de enteradillos la mañana del preestreno y ni pude casi intercambiar con el neopunki de moda Tinieblas González. "The Matrix" llegará el 25 de junio a las pantallas y una cosa parece clara: a la nueva "Guerra de las galaxias" (que aterriza por aquí el 29 de agosto) le ha salido un durito competidor.

L a fuerza del destino hace estragos en el Teatro Real. Ya les avisé de que la tan cacareada coproducción con la Scala no lo era, apenas un realquiler apañadete y disfrazado, ni se iba a ver en el escenario madrileño. Así será. O sea, así no será. El secretario de Estado informó a Cambreleng y García Navarro que nanay, que se le hacía cara. Y eso que Cambreleng tenía apañado lo de los dineros y había quien iba a pagar la diferencia entre el coste normal de una producción y el de la "Forza" de Hugo de Ana. Más aún: el destino está a punto de jugar una mala pasada a "Lady Macbeth von Menschk" ¿Se atreverá Cortés a cargarse a Rostropovich? Se admiten apuestas.

Más quejas. Me aseguran que los productores de teatro de Madrid, especialmente Enrique Cornejo, andan algo mosqueados con los chivatos de taquilla que publica LA RAZóN todos los días. Influyen demasiado, dicen, en las decisiones del público. Naturalmente, los más ofendidos son los peor parados. Porque el caso es que abundan entre los directores agraviados quienes preferirían que el público se mantuviese ignorante del éxito de taquilla y los hay que no. Por ejemplo, Alejandro Colubi, el del Marquina, donde se representa "Arte", quiere que se sepa todo. Por algo será.

D espues de nueve años de éxitos, satisfacciones y alguna que otra desilusión, Emilio Sagi ha decidido abandonar la dirección del Teatro de la Zarzuela, una vez que su actual contrato termine. Será a final de temporada. Cuestión de cansancio, parece ser. ¿Quién le sucederá? Porque lo que son candidatos, se multiplican...

L os fantasmas siguen enseñoreándose impunemente del Museo del Prado, que flaquea y hace aguas por cantidad de salas mientras Checa, perdido en sus historias, en sus siglos XVI y XVII, parece ajeno al XX y al XXI, que son una vulgaridad llena de problemas. Sí, algún día les hablaré del Prado...