Opinión

Son lo que son quienes son

La papelera

27 junio, 1999 02:00

Al patrón de un poderoso premio literario le llamaron entre gallos y media noche para decirle que si no lo remediaba, Nuria Amat se llevaría los millones. Veloz como un jinete me cuentan que llamó a uno de los miembros del jurado para explicarle por qué en el país son lo que son quienes son. Así son las cosas son, le dijo al atribulado cineasta, quien de inmediato se apuntó al son

El chisme tiene sabor tropical. Como el olor de la guayaba, chico. Dicen en La Habana que la esposa de un célebre novelista latinoamericano es la propietaria de la mejor Diplotienda de Cuba. Ya saben, esos comercios que tienen todo lo que les hace falta a los cubanitos de a pie. Pero no se engañen, se trata de un escritor comprometido que lo que quiere es hacerle la puñeta al imperialismo aumentando los impuestos de todos los artículos. Claro que ya antes, otro célebre escritor que sí tenía quien le escribiera se había adueñado del palacete que perteneciera a los Loynaz. En fin, todo sea por el bien del pueblo.

P remonitorio. Después de "Sansón y Dalida" con Plácido Domingo encabezando el reparto, el futuro inmediato del Teatro Real no será plácido. Me dicen que Sansón puede caer con todos sus filisteos y, de momento, la reunión anual del Patronato prevista para este pasado jueves se ha pospuesto.

T ampoco revientan cohetes en Alianza Editorial, Grijalbo y otras casas. La cuenta de resultados otra vez, o el personal que emigra. En el caso de Alianza, los nuevos dueños ignoran, o eso parece, lo que ha significado en la educación intelectual (y sentimental) en el mundo hispano. O desaparecen o las reciclan en el bricolaje, pasta de papel o algo peor.

E l agente de Wilde en la tierra acaba de publicar una nueva biografía de su representado. Claro que siempre podríamos preguntarnos si a Wilde le habrían gustado los continuos homenajes de su representante. Seguro que sí, aunque quién sabe; según qué columna, qué tertulia, o qué gafas se me ha puesto ese día, porque hay días que no, no me defiendas, compadre, como dice el tango.

¡Q ué resaca! Fiesta vengo, fiesta voy, ya no sé lo que me espera, si otro recital de cuarenta poetas vivos y bien vivos, o el vídeo de "El Quijote" de Gutiérrez Aragón con el que los de "Qué leer" celebran ahora sus tres años. Por cierto, lo mejor de lo de Tusquets, Moura aparte, fueron los camareros cuando algún despistado pedía cava. "No tenemos, decían, ¿le importa que le sirva Moët Chandon?"
Menuda semana. Porque, además, no sólo revistas y editoriales cumplen años. Los escribidores, también, y seguiditos. Y amagan ser centenarios, como el bueno -que lo es, y de verdad- de Ernesto Sábato, que el jueves celebró sus primeros ochenta y ocho y que asegura que llegará a los cien. También álvaro Pombo, afable y sabio, apagó las sesenta velitas, cinco más que Pere Gimferrer, que también cumplió el martes pasado. Y luego dicen que junio no es literario.

Menos festivos están los lectores pacenses: una mano amiga desliza en mi papelera lo de la biblioteca Pecharromán, la mayor dedicada al arte en Extremadura. Dieciséis mil volúmenes, ahí es nada, y al parecer, está infestada de ratas -que no erratas- , filtraciones de agua y telarañas. Sin ayuda ni subvención alguna, los responsables han prescindido del servicio de limpieza para ahorrar gastos, apagan y encienden la luz continuamente, no hay fax ni ordenador...

¿V ocación o falta de inspiración? La historia tiene como protagonista a Stephen Reid, un escritor canadiense de best-sellers y con agitado pasado delincuente. Casado con una célebre poeta, Reid escribió Jackrabbit Parole mientras vivía entre rejas, que vivió catorce años. Con el libro le vino el éxito, el cine y doce años de libertad y rosas que ya le estaban aburriendo. Así que una mañana Reid volvió al Banco para atracarlo a mano armada. El escritor ha sido detenido y ya se encuentra en la cárcel escribiendo su próximo best-seller.

Otra bestsellera yanqui que contaba historias de amor no tendrá esa oportunidad: después de dieciseis novelas sobre romances felices, su marido ha puesto punto final al suyo de manera radical. Con un tiro en la nuca. Las comparaciones son odiosas, pero la prensa cultural USA, entre robos, atropellos y demás, está más emocionante que "El caso", que era nuestro bestseller en los 70.

Colomo ya está en capilla: tras su paso por el Festival de Málaga, el director cuenta las horas ante el inminente estreno de "El cuarteto de La Habana". Dará que hablar. Tanto como su próximo proyecto, que empieza a bullir ya.
B ienvenido sea el nuevo cinema verité, y sobre todo cuando le antecede una polémica tan mayúscula como a "Romance", la película francesa de Catherine Breillat que se estrena en España próximamente y que ha causado un soberano revuelo allí donde la han visto. A medio camino entre la triple X y el erotismo menos convencional, el filme está protagonizado por Rocco Siffredi, el porno star más famoso de todos los tiempos, y una casi desconocida Caroline Ducey que no dudó en aceptar un papel que, dicen, habían rechazado antes varias actrices de relumbrón. Aun así, la pobre Ducey reconoce que se echó a llorar en alguna ocasión durante el rodaje. A la vista de los rumores, tenía motivos para soltar lágrima.

A última hora Sir Colin Davis dijo que no, y no hubo forma. Estaba comprometido con su Staats Kapelle para asistir al Festival Mozart de La Coruña el pasado día 21 y una semana antes decidió que por un solo concierto no valía la pena viajar, y dejó al Festival motzartiano sin orden ni concierto. Parece, me dicen, que la cosa acabará en los Tribunales porque los organizadores del Festival han demandado a Conciertos Vitoria, que había asegurado la presencia de la Staats Kapelle en tierras gallegas.

O tro que falló a su cita española fue Claudio Abbado. El pope de la Filarmónica de Berlín pensaba pasar el fin de semana en un hotel menorquín, de incógnito y con la familia Achúcarro, y el barco le dejó tirado en Italia. Una pena, ahora que los suyos ya han elegido a Simon Rattle para su puesto, mientras Ozawa, se encamina a Viena.

C ambio de planes en el Centro Dramático Nacional. Juan Mayorga verá estrenada "Cartas de amor a Stalin", pero no dirigida por Juan Carlos Pérez de la Fuente como anuncié hace unas semanas, sino por Guillermo Heras, que para el caso es amigo y colaborador del autor. Resulta que a Pérez de la Fuente le está vetado dirigir más de dos montajes al año. Así que ha optado por llevar a escena a dos autores que hace tiempo que le ronda en la cabeza: Arrabal y Friedricht Dörren-
matt, considerado el mejor escritor en alemán desde la muerte de Brecht.
Va de premios: esta semana se fallan los premios La Celestina de teatro, que otorgan los plumillas de la farándula madrileña. Figura "Arte" pero no arrasa entre los nominados. Por una vez, Flotats no tendrá que lamentarse por ganar.

ángel Pujante está que arde. Y no es para menos. Tras anunciarse a bombo y platillo que Canseco utilizaría su traducción de "Julio César" para el Festival de Almagro que empieza dentro de unos días, ahora resulta que, por falta de dinero, se van a fusilar varias traducciones de la obra para no pagar a nadie un duro. Así ya se puede.

Nno todo ha de ser incienso para el gremio. Mucha protesta, mucho libro blanco y mucho congreso anual en el marco incomparable de belleza sin igual, pero cuando la Asociación Colegial de Traductores convoca un encuentro para explicar los trucos y añagazas de los contratos y cómo defenderse del malvado editor, de los miles de asociados no aparecen ni diez. Los despistados, vamos.