Ensayo

El exilio filosófico en América

José Luis Abellán

27 junio, 1999 02:00

Fondo de Cultura Económica. Madrid, 1999. 461 páginas, 2.200 pesetas

J osé Luis Abellán lleva varios decenios roturando, con fidelidad y sagacidad admirables, el sorprendente territorio del exilio filosófico español en América. Un territorio vigoroso en el que la línea de demarca-
ción entre lo español y lo americano se desdibuja, de acuerdo con la lógica profunda de unos pueblos que se reconocen en una lengua común. La filosofía española en América -la de Xirau y Ferrater Mora, la de Zambrano y García Bacca, por no citar sino de algunos nombres señeros- es, en efecto, filosofía americana, por mucho que lo sea "en proporción difícil de discernir aún". Es de esperar que el diálogo avance. Y con él, la clarificación de nexos que son más determinantes de lo que a simple vista podría parecer.
Abellán inserta su trabajo de recuperación de este gran capítulo de la filosofía española y americana en una tradición hermeneútica de atención a los "transterrados" de 1939 que se reclama del magisterio incitador de J. L. Aranguren. En 1957 Aranguren reclamaba ya, en efecto, la apertura de una comunicación pública cada vez más rica entre ambas orillas, al hilo de la obligada recuperación de la voz de esos intelectuales españoles sin los que nuestra vida intelectual se vería, como durante tanto tiempo se ha visto, claramente empobrecida. Mucho es, sin duda, lo que en este terreno se ha avanzado en los últimos tiempos. La definitiva reincorporación de las voces que Abellán presenta y estudia al actual quehacer filosófico español dista, con todo, de estar consumada. El caso J. D. García Bacca, "el español más digno del nombre de filósofo desde Suárez", por decirlo con las palabras de José Gaos que Abellán transcribe, resulta paradigmático. A pesar de algunos meritorios empeños por difundir aquí su obra, sigue siendo un gran ausente. Esperemos que llamadas de atención como la de Abellán ayuden a cerrar esta otra dimensión del exilio, tal vez no menos dolorosa que aquellas que la historia dejó ya tras sí.