Opinión

La sombra de la duda

La papelera

4 julio, 1999 02:00

El Cervantes se mueve tras años de desidia. Me cuentan de llantos y crujires, que muchos se huelen el otoñal cese, y suplican el traslado como mal menor. Pero no habrá piedad. Lafuente se ha puesto a trabajar, y son bastantes los que verán cambiar sus vidas -o al menos sus sillas- a partir de septiembre. Piano, piano, por supuesto, que es político prudente.

V eo que al pobre de Faulkner le acaban de publicar un relato inédito. Un cuento que, al parecer, fue rechazado por una revista literaria y que alguien conservaba en algún rincón. Hace poco le tocó a Hemingway y cualquier día le vuelve a tocar a Borges (por no hablar de Calvino, de Zubiri, de Unamuno, de Barral...) Ya habrán notado ustedes que casi nadie respeta la intimidad de los escritores y mucho menos las viudas, los yernos y las nueras, que las hay insaciables. "Mi ex mujer tiene una carpeta de ripios míos", me comenta aterrado un novelista mozarrón. El pobre confunde la venganza con los negocios. Lo que es yo, prefiero quemar mi papelera dos veces por semana.

No hay Nobel que valga, ni corrección política que lo soporte: los Ojos azules de Toni Morrison han sido eliminados del programa de estudios de una escuela de New Hampshire por inmoral. Como si a los jóvenes espectadores de series infectas llenas de sexo y violencia les pudiera traumatizar la historia de una niña a la que su padre deja embarazada. Se ve que no sólo aquí somos tan hipócritas como esos jurados que son lo que son, siempre con tantas prisas. Aunque si hablaran todos los supuestos jueces de cientos y cientos de obras que reciben una sola novela para leer, ay, si hablaran...

R ecibo La Duda, nueva revista literaria baturra más bien sobrada de certezas. Veo sus ayudas, anuncios, padrinos, subvenciones y publicidades y me digo que no se puede ir de outsider cuando uno ya es insider. Les pasa a muchos. Queridos francotiradores, bienvenidos al stablishment.

El editor Herralde celebra el treinta cumpleaños de su sello mañana junto a su "Dream Team" británico y con fiestorro londinense, bastante menos populoso que el de Tusquets y por lo tanto más barato. En el que no faltarán, me dicen, ni Martin Amis, ni McEwan, ni Julian Barnes, que por algo el próximo otoño regresan a la casa con sus últimas novelas. Comentarán, sin duda, lo último de Amis. El caso es que tras haberse pasado años acusando a sus colegas de prostituirse para trabajar en Hollywood, acaba de firmar un contrato millonario con la productora Miramax. Por un puñado de dólares, como todos.

Umberto Eco ha encontrado al fin su Serenditipy. Por eso, acaba de publicar cinco ensayos sobre "ideas, proyectos y creencias que existían en la zona crepuscular de la historia que separa el sentido común del estado lunático, la verdad del error, la inteligencia de la estupidez". Además, se dice que es uno de los autores que están detrás de esa novela coral escrita en internet por seis personas y lanzada desde Bolonia, que es el éxito de la temporada en Italia y por la que han peleado a muerte -ya será menos- tres editoriales españolas.
E l desembarco de Simon Rattle en Berlín sigue dando sorpresas. Ni él mismo -ni Barenboim, claro- se ha creído aún su nombramiento, que le supone 240 millones al año. Por bastante menos, cuando Abbado fue elegido en 1989, su rival, Lorin Maazel, canceló todos sus conciertos con los filarmónicos. Barenboim no lo ha hecho, pero sí quizá Robert Wildford, el magnate de la todopoderosa agencia CAMI, a quien los músicos han dejado en la estacada. En fin, el chico se contentará con haber colocado a su tan querido Ozawa en Viena, y, a través de él y la familia Holander, a los muchos directores y cantantes a los que representa.

E ntretanto, aquí, los chicos de la Sinfónica de Madrid también han decidido ofrecer la titularidad de su orquesta. El elegido ha sido el maestro García Navarro, que pasa así a ser su jefe tanto operístico como sinfónico. Las orquestas se mueven, ya se lo advertí. Y mientras unas vetan al director, otras, como la Sinfónica de Bilbao, han promovido un paro de cuatro horas tan contundente que han tenido que suspender varios conciertos. No les gusta Gorka Robles.

Mañana veo, por fin, la última película del estupendo Eusebio Poncela, tan cercano a Alfonso Guerra (o al menos eso decía, cuando lo de "Los gozos", el bullanguero político, que también vuelve). La película, que se llama "La sombra de Caín", ha sido dirigida por Paco Lucio, y promete una sabrosa historia plagada de amores turbulentos, líos de dinero y oscuros secretos.

M e llaman para ir al sarao con el que Carmen Alborch y Temas de Hoy celebran los cien mil ejemplares de Solas. Está claro que la soledad no sólo vende. También acompaña. No voy -y bien que lo siento- porque no tengo con quién ir.
En fin, de mis soledades vengo y a mis soledades voy, porque para estar conmigo me bastan mis pensamientos... e internet. El otro día vi así, con otros setenta y cinco mil adictos, la retransmisión de la primera ópera en la red. Aida, desde Verona, fue la causante. Reserven el próximo palco. Valió la pena.

L ucía Etxebarría, en cambio, ha pinchado esas cifras con que tan felices se las prometían sus editores. Se ve que también los cuerpos celestes pueden caer anoréxicos de ventas, aunque intente al menos que el escándalo la acompañe siempre. Sus últimas declaraciones a la prensa italiana no tienen desperdicio, especialmente cuando arremete contra Almudena Grandes y la crítica. La cosa es epatar.

L os franceses siempre dando la nota. Siete horas, que se dice pronto, dura el "Enrique IV" que se presenta el domingo que viene en el Festival de teatro de Aviñón, en el Claustro de los Celestinos. La compañía que ha tenido tan larga idea se llama "La Nuit surprise par le jour" (La noche sorprendida por el día), lo cual es ya una advertencia, y está dirigida por Yann-Joël Collin, que ha confesado que la obra en cuestión se le hace cortísima, acordándose seguramente de aquel eterno "Mahabharata" de Peter Brook que duraba dos días.

A lfonso Aijón está a punto de conseguir una importante financiación para su Ibermúsica del próximo año. La cifra y la entidad van a concretarse en estos días. Y el asunto tiene su miga. Más de uno se llevará la gran sorpresa cuando conozca quién está detrás de la negociación. Siempre lo hemos sabido: no hay nada mejor que los buenos amigos y más si estos son poderosos y agradecidos.