Opinión

Al adiós del lugar

La papelera

26 julio, 2000 02:00

Se despide el mes de julio con la pena del fulgor apagado. Se fue el perfil afilado de Valente y la firmeza estética de Oiza. Nadie los reemplazará. Como tampoco tendrá reemplazo el espacio dejado, el tiempo compartido y los sueños trasladados... Yo, el de entonces, seguiré siendo el mismo. Enredado en internet, pero el mismo. A pesar de todo y como siempre. Nos vemos en septiembre...


Hasta entonces les diré que la ministra ha informado graciosamente al Patronato del Reina Sofía de que el curso que viene habrá dos nuevos en la clase: Lalo Azcona, en su papel de coleccionista, y un oscuro gestor procedente de la Fundación Telefónica, que entran para cubrir las vacantes que dejaron álvaro Delgado-Gal y José Guirao. No sabemos aún a ciencia cierta dónde parará el "ex". Aunque, eso sí, siempre nos quedará París.

Lluís Pasqual siembra vientos en Barcelona y recoge tempestades en Buenos Aires. El cuento de la lechera del Lliure se cae a fuerza de meter la cuchara. El Palau de l’Agricultura se ha convertido en un monstruo a los pies de Montjuïc. El doctor Frankenstein dimite y la solución de continuidad queda en los hombres sin piedad de la Junta y de las administraciones públicas implicadas. Difícil cirugía.

La otra dimisión histórica llega desde San Sebastián. Su festival de cine se queda sin Diego Galán, ese legendario director que ha convertido el certamen en una feria de vanidades. A ver si su sucesor, Mikel Olaciregui, es capaz de responder a los reclamos de calidad que ha perdido con tantos fuegos artificiales.

A juzgar por el secretismo y la exquisitez con la que Amenábar y Cruise están llevando la preparación de Los Otros se diría que van a hacer la segunda parte de Ciudadano Kane. Hoy es la presentación en Madrid, en el Ritz para más señas, y espero que la película esté a la altura de su misterio porque si no, a qué tanta importancia, hombre. Me dicen también que al casoplón de Puerta de Hierro no le falta de nada.

Más misterios: ¿se han preguntado por qué tan pocos visitan el museo de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, con las joyas que contiene? ¿Será acaso por el aire de sacristía que respira? Pienso averiguarlo.

Se busca editor.Con instinto, joven y preparado. Debe dominar los temas de hoy y las bibliotecas breves. Razón: en Seix Barral. Bromas aparte, al parecer Planeta le ha ofrecido el puesto a Enrique Murillo, que ha preferido seguir como asesor de Ymelda Navajo, silenciosa y tranquilamente.

Cuando se anunció la marcha de Ediciones B de su editor Enrique de Hériz se dio como excusa su intención de volver al otro lado de la escritura, o sea, a la creación. Pues bien, tras un silencio de seis años le ha bastado un mes de paz para concluir su nuevo libro: Seix Barral anuncia la aparición ya de Historias del desorden (me dicen que no, que no son sus confesiones). ¡Qué vértigo!

Miguel Zanetti, que tanto y tan bien ha acompañado al piano a la mayoría de nuestros grandes cantantes, ha decidido abandonar el teclado y buscar nuevas formas de permanecer en contacto activo con la música. Su primer trabajo tras la decisión comentada ha sido un laboriosísimo ensayo sobre la discografía del Don Juan mozartiano. Yo le animaría a escribir sus memorias, que seguro serían jugosísimas.

Conversación entre dos espectadores, pillada al vuelo en el patio de butacas del Teatro Real, al ver en el concierto de la mezzo Dolora Zajick a un conocido crítico del país acompañado de Octavio Aceves: "Mira, ya tiene quien le adivine el título de las propinas". Sin comentarios.

Y otra conversación. El primero le dice al segundo: "Mira, ése es el nuevo director técnico del teatro", y el segundo le replica: "Más bien será el viejo director técnico del teatro". Sin duda se refería a sus 69 años. El público va dando rienda suelta a un sentido del humor que se echaba de menos y que tan bien quedó reflejado en las crónicas del teatro del siglo pasado.

Por cierto, que Aurum se ha cargado la última película que iba a rodar este verano Miguel Albadalejo y cuyo título todavía bailaba entre Rencor o Rehenes. Lo peor es que, después de comprometerse, ha dejado colgado al socio promotor que ya había arriesgado buenos millones en la pre-producción. ¡Eso son socios! Pero me dicen que la cosa no va a quedar así.

Todo está escrito. Relean las Memorias de un amante sarnoso de Groucho Marx que acaba de recuperar Tusquets. Sus trucos para trepar en la escala social o para despedir a invitados gorrones pueden salvarles el verano.