Opinión

Feliz descanso

29 julio, 2004 02:00

Descanse en paz Carlos Kleiber, el última gran mito de la batuta. Ni en Berlín, donde nació, ni en Munich, donde vivía. No, descansará en el pueblo eslovenio donde nació su madre. Nos enteramos de su desaparición cuando ya había sido enterrado. El mismo ocultismo de toda su carrera. Como cuando no quería hablar por teléfono con un amigo pero lo había descolgado él y fingía con la voz ser la sirvienta o su hijo.

Feliz descanso para José Luis Castro, aún responsable del Teatro de la Maestranza pero sólo hasta septiembre. No finge la voz de Rocío Castro, la extraordinaria "empleada para todo" del teatro, sino que ni descuelga el teléfono ni se pone.
Y ya que estamos en Sevilla, que descansen de copas los críticos andaluces, que se reunieron todos a cenar unidos por la afrenta a la cultura musical sevillana propiciada por el nuevo dúo dinámico -Marset&Bandrés-. ¡Lo que ha tenido que pasar para que se una gente que habitualmente son poca uña y carne!

Descansen y mediten los responsables de algún festival castellano y los políticos de la ciudad sobre lo cutre que resulta que sea el artista invitado al festival el que les tiene que invitar a todos ellos a cenar al final del espectáculo. ¡Un poco de clase por favor! Y de conocimiento de cómo funcionan las cosas.

Descanse y relájese Daniel Barenboim por haber conseguido lo que quería y necesitaba: conseguir alternativa a la Comunidad de Madrid como patrocinadora de la ópera de Berlín. Ahora serán administraciones andaluzas las que financien Berlín. Además contará con la propina de una Novena madrileña al aire libre, pago de su Heroica gratuita este pasado mes.

Descanse y medite López Cobos sobre su postura ante la Ministra de Cultura: "si usted quiere que siga, déjeme a Sagi y Argöelles o pongame alguien que me satisfaga". La fidelidad o el pragmatismo.

Pero señores críticos habituales, ¡ustedes no deberían descansar! Que luego pasa lo que pasa todos los veranos. Que toman su lugar los indocumentados dispuestos a escribir con temeridad a cambio de conseguir entradas en cualquier festival. Ya hemos podido leer en un diario nacional sobre un Othello verdiano. Vamos, que no estamos en el Reino Unido.