Opinión

Infatigable

3 febrero, 2005 01:00

Aunque haga tiempo que no le escuchábamos, no se crean que Plácido Domingo estaba inactivo antes de aparecer en el Parsifal liceísta. Les cuento y que no se me enfade el magnífico artista, tanto lo bueno como lo menos bueno.

He de empezar obligatoriamente por el desagradable contratiempo del nombramiento de Peter Gelb como intendente del Metropolitan Opera. La jubilación de Volpe y el estado de salud de James Levine le hicieron pensar que su candidatura podría ser una de las más interesantes pero no, no se le abrieron las puertas a pesar de llamar al consejo de administración y, según me han contado altas fuentes de la institución, en ello tuvieron bastante que ver algunas de sus elecciones para puestas en escena. A buen entendedor...

Tampoco debió quedar satisfecho del todo con la recepción crítica obtenida a su propuesta de Luisa Fernanda en Washington. A P. Kennicott, del Washington Post, ha dejado planteadas muchas dudas, por más que al Domingo barítono le eche todas las flores.

En cambio tiene muchos motivos de satisfacción en el campo discográfico. Está completando en Londres la grabación de lo que para él es un hito: el personaje de Tristán. Posiblemente no se lo escuchemos nunca en teatro, pero él quería -y lo ha conseguido- dejar constancia de su interpretación junto a Pappano y Pape. Se comenta que podría ser para EMI, cuyo presidente se jubila, la última grabación en estudio de una ópera completa. También se halla a punto de cumplir otro sueño: la grabación del Rodrigo de Ginastera con el que casi debutase en 1966. Y, ya en junio, terminará la de Pepita Jiménez con la Comunidad de Madrid.

Un mes antes, en mayo de 2005, afrontará en el Metropolitan un nuevo papel: su debut en el Cyrano de Bergerac de Franco Alfano. Alternará el personaje con Fabio Armiliato y yo tengo gran interés en escuchar una obra que le ofrecieron a Mario del Monaco y la rechazó por considerar que era "demasiado aguda" para él. Sin duda será todo un reto pasar del baritonal Javier de Luisa Fernanda al tenorísimo Cyrano.