Opinión

Simios y apóstoles

por Juan Bonilla

29 enero, 2010 01:00

Por una crónica de Margot Molina, nos enteramos de que todas las obras de arte plantadas a la intemperie con mucha pompa durante la Expo del 92 en La Cartuja de Sevilla, han sufrido graves deterioros cuando no han sido directamente destrozadas o robadas. Un mural de Kabakov sirve de portería a los niños, y otro, de azulejos, de Roberto Matta, ha desaparecido en un 70 por ciento. A la torre de Anish Kapoor y David Connor la trituró una excavadora. He aquí un precioso ejemplo de lo que importa el arte a la autoridad un poco después de que hayan sido convocados los periodistas para la inauguración. "Arte funnysecular" podría llamarse, por hacer un juego de palabras. Porque es divertido ver cómo ahora se echan las culpas Junta de Andalucía, el Ayuntamiento y la sociedad gestora Partecsa. El único contento debe ser Kabakov: al menos puede pensar ¡hombre, por fin una obra mía sirve al mundo al que cantaba! Una portería para que los chiquillos ensayen sus chuts: debe haber pocas obras de arte que puedan decir que han sido tan miradas, hasta ser literalmente borradas, como la suya. Por cierto, el lema de la Junta es: Andalucía es de lujo. Gran verdad, pues...¿quién puede en nuestros días permitirse el lujo de regalar tan carísimas obras de arte?