Arcadi Espada

Salinger. Obtengo todos los googles de su nombre antes del 26 de enero, que fue el día en que murió. Un millón de googles. Dejó de publicar a principios de los años sesenta, aunque parece que siguió escribiendo, porque para algunos hombre sorprendentes escribir es sudar, y en absoluto una forma de ganarse la vida o el corazón de los otros. En realidad puede decirse que sólo publicó una obra, aunque aclamada, mito de los adolescentes de medio mundo. Su fama la alcanzó ocultándose. Una forma muy rentable y eficaz de estar en los medios. El caso comparable y popular es el de Greta Garbo. O el de Marisol. Una forma extrema de seguir en la cresta de la ola. El auténtico pacto faústico de nuestro tiempo. Los medios se ven obligados a hablar del fugitivo, exactamente igual que el carcelero se vería obligado a buscarle para volverlo a prisión. Sólo los medios deciden sobre el olvido. Para hablar necesitan fotos, porquer los medios hablan con los ojos. Entonces aparece aquella boca Salinger, aquellos ojos Greta, aquel culito Marisol. Congelados. Eternamente jóvenes. Gozadores de la oblicua inmortalidad que supone hacerse el muerto.