Image: Un defensor del Estado

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Opinión

Un defensor del Estado

Por Fernando AramburuLea la crítica de Algo va mal, de Tony Judt

3 diciembre, 2010 01:00

Fernando Aramburu


Al final de su vida, paralizado del cuello para abajo, Tony Judt apenas podía hablar ni respirar. Tuvo, no obstante, la honestidad, también la elegancia, de no abominar del mundo actual como acostumbran otros intelectuales cuando ingresan en la senectud y han dejado de entender lo que los rodea, o cuando se ven reducidos a enfermos terminales. Hasta el último aliento postuló la necesidad urgente de concebirnos como una sociedad, no como un revoltillo de intereses particulares. Concibió el Estado como la casa natural de los ciudadanos y lo defendió ante el alud de privatizaciones, la desregularización de los mercados y el olvido creciente de los desfavorecidos. Con frecuencia lamentó que la izquierda, despojada de marxismo, no se preocupe lo suficiente por elaborar un lenguaje y un estilo capaces de singularizarla frente a las otras opciones políticas que le disputan la gestión de los asuntos sociales.