Opinión

Toledo

Portulanos

10 diciembre, 2010 01:00

No suelo estar de acuerdo con las ideas de Willy Toledo y ni siquiera me gusta demasiado como actor, pero voy a romper una lanza por él. En una profesión donde el compromiso consiste en repetir consignas vacías desde la piscina del adosado, o en apagar un día el facebook para demostrar lo compungidos que están todos por el sida, la caza de ballenas o los niñitos pobres del tercer mundo, este actor ha elegido un camino que consiste en arriesgarse a que de verdad le rompan la cara. Es una mentira infame que lo haga por llamar la atención: Toledo es famoso y tiene un caché muy elevado. No le falta el trabajo, precisamente. Por el contrario, con estos episodios de activismo no sólo ha conseguido caerle gordo a toda la derecha, sino también a esa parte de la izquierda que está dispuesta a hacer la revolución siempre y cuando no se le arrugue la ropa de marca. Dicho de otro modo: pierde público y por tanto se juega algo, que es más de lo que puede decir la mayoría de sus colegas, de la clase política y de ciertos columnistas vocingleros que pretenden dárselas de León Bloy cuando apenas llegan al nivel de Martínez el Facha.

Se equivoca Toledo en muchas cosas pero tiene razón en lo esencial: estamos en manos de un gobierno cobarde e incompetente que ha traicionado todos sus principios uno por uno y bochornosamente, con la connivencia de una oposición a la que sólo le importa llegar como sea al poder y, lo que es más grave, de una ciudadanía de cabestros que ante cualquier crisis sólo sabe lloriquear pero no actuar. Y, por supuesto, con la inestimable colaboración de una intelectualidad que utiliza mucho tanto el facebook como la piscina.