Image: Bienvenido Mr. Carr

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Opinión

Bienvenido Mr. Carr

Por Fernando AramburuLe la crítica de Raymond Carr: La curiosidad del zorro

10 diciembre, 2010 01:00

Fernando Aramburu


Media el siglo XX. Un profesor de Oxford contrae matrimonio. Hay muchos lugares en el mundo donde pasar una luna de miel. El profesor Carr y su esposa eligen España. A su llegada encuentran lo que había, un país inculto, pobre, gobernado con mano dura por un señor bajito. Abundan en dicho país los montes y llanuras cuajados de monumentos históricos. Sus nativos letrados o rechazan su desastrosa historia por haberla padecido o se dedican a bruñirla, para satisfacción del bajito, con un barniz de leyendas imperiales. Al profesor británico se le debió de hacer la boca agua. A sus pies se extendían siglos de historia europea aún no tratada con rigor científico; racimos de guerras civiles y de las otras, retahílas de reyes, generales, prelados y políticos de toda laya en espera del estudioso que les aplicase, con voluntad de síntesis, una minuciosa y razonable interpretación.