Primera palabra

Los horizontes del cine español

30 mayo, 2001 02:00

Por la pantalla del teatro Cervantes del Festival de Málaga desfilarán catorce películas muy diferentes entre sí que dan una idea de la variedad de apuestas del actual cine español, tanto en lo que se refiere a géneros como en lo que afecta a propuestas estéticas

El 1 de junio abre sus puertas el Festival de Cine Español de Málaga que celebra este año su cuarta edición con algunas novedades muy dignas de destacarse, como la implantación de un mercado de documentales iberoamericanos y la ampliación de su sección de competición de siete a catorce largometrajes, que deberá valorar un Jurado presidido por José Luis Borau, ganador del Premio Especial del Jurado el año pasado y del Goya al mejor director por Leo. La oferta se completa con la sección de documentales, la de cortometrajes y las retrospectivas dedicadas al actor José Luis López Vázquez y al productor Andrés Vicente Gómez, a quienes se rinde homenaje en esta edición y con la entrega del premio Ricardo Franco al director de fotografía Xabier Aguirresarobe.

Hace cuatro años asistí al primer festival de Málaga como miembro del Jurado. Era todavía una iniciativa incipiente, pero puesta en marcha con entusiasmo y seriedad por sus organizadores. Percibí ya entonces que el Ayuntamiento de la ciudad estaba dispuesto a implicarse y comprometerse con la apuesta por un certamen que pusiera en circulación la producción española de largometrajes que estuvieran terminados cada año al terminar la primavera. Fue mi experiencia personal de entonces la que me llevó a aceptar la propuesta del director del Festival, Salomón Castiel, para hacerme cargo de la Sección Oficial de Largometrajes a partir de la segunda edición del Festival.

Los resultados de los festivales de 1999 y 2000 han sido definitivos para conseguir el apoyo muy activo de la industria audiovisual española en un proyecto que cada vez ven más claro sus representantes. El patrocinio de Vía Digital y Antena 3 garantiza una importantísima cobertura mediática. Con todo ello, el Festival de Cine Español de Málaga se abre este año con la esperanza de consolidarse como la plataforma de lanzamiento del cine español y ratifica su vocación de crecimiento pausado, pero progresivo.

Este año Málaga se inaugura con una película muy esperada, Son de mar, la adaptación de la estupenda novela de Manuel Vicent por Bigas Luna, que vuelve a ponerse tras la cámara después de la polvareda que levantó Volaverunt, su película anterior. Son de mar, que es sin duda una de las producciones más importantes de este año, supondrá además la confirmación definitiva del enorme talento de su protagonista, Leonor Watling.
Inmediatamente después, y a lo largo de nueve días, desfilarán por la pantalla del teatro Cervantes los trece títulos que entran a concurso, trece películas muy diferentes entre sí que dan idea de la variedad de apuestas del actual cine español, tanto en lo que se refiere a géneros y contenidos como en lo que afecta a las propuestas estéticas y narrativas y a los planteamientos de producción. La leyenda de que en Málaga se ven sólo comedias caerá este año por su propio peso. La ampliación del número de películas nos ha permitido este año ofrecer también un muestrario muy diverso. Compiten por los premios el veterano director Alfonso Ungría con El deseo de ser piel roja, una road movie sentimental protagonizada por José Sancho, Marta Belaustegui y Miguel Hermoso Arnao y que se arropa con el manto protector de un breve relato de Franz Kafka; el guionista Joaquín Oristrell, que firma con Sin vergöenza -una comedia sobre una escuela de actores- su tercera película como director que junto a estupendos actores jóvenes protagonizan Verónica Forqué y Daniel Giménez Cacho; el novelista Vicente Molina Foix, que debuta en la dirección cinematográfica con Sagitario, un muy personal drama de sentimientos con un extensísimo y brillante reparto encabezado por ángela Molina, Eusebio Poncela, Enrique Alcides y Héctor Alterio; la directora de Tengo una casa, Mónica Laguna, que presenta su segunda película, Juego de luna, con Ana Torrent en su mejor momento profesional; Miguel Santesmases, que también comparece con su segunda película, una adaptación de la polémica novela de Lucía Etxebarría, Amor, curiosidad, prozac y dudas, interpretada por Pilar Punzano, Silvia Marsó y Rosa Mariscal; Joan Potau, con la secuela de Manolito Gafotas, con el Gran Wyoming y María Barranco y, esta vez, sin Elvira Lindo; la directora de Ander eta yul, Ana Díez, que en Algunas chicas doblan las piernas cuando hablan aborda una historia intimista protagonizada por un estudiante de la Universidad de Pamplona, al que da vida Fernando Ramallo.

Además del debut de Molina Foix, en Málaga veremos las primeras películas de Víctor García León (Más pena que Gloria, protagonizada por jóvenes debutantes y por María Galiana), del crítico Sigfrid Monleón (La isla del holandés, con Pere Ponce y Feodor Atkine), de Jesús Nebot (No Turning Back), de Roberto Santiago (Hombres felices con Aitana Sánchez Gijón y Sergi López) y dos propuestas muy vanguardistas (Cactus y Nómadas). La Sección Oficial se clausura con la proyección fuera de concurso de la primera película que dirige en solitario Juan Luis Iborra, Tiempos de azúcar, una mirada romántica a los años de la transición, protagonizada por Carlos Fuentes, María Adánez, Verónica Forqué y Charo López.