Pilar Eyre, en soledad de amor herida
Por Luis María Anson, de la Real Academia Española Ver todos los artículos de la 'Primera palabra'
3 febrero, 2012 01:00Luis María Anson
Quiero destacar algo poco frecuente entre los historiadores: la belleza literaria. Sánchez Albornoz tenía razón en sus tesis al fustigar a Américo Castro, pero su contendiente era un soberbio escritor que iluminaba sus escritos y cegaba con su luz. Lo primero que es necesario destacar en Pilar Eyre es la calidad de su prosa. Escribe como los ángeles. Es un fuego incesante de belleza literaria. Su escritura parece translúcida y se enciende en los ojos del lector.
Pilar Eyre tiene el alma, como Juan de la Cruz, en soledad de amor herida. Por eso ha entendido muy bien a la Reina Doña Sofía. Vaya por delante que discrepo de muchas de las afirmaciones que hace en su nuevo libro; que no ha consultado algunos estudios históricos muy precisos sobre lo que narra; que conozco de primera mano, incluso he participado, en algunos pasajes por ella historiados y, desde mi punto de vista, la realidad fue muy diferente. Pero dicho todo esto, La soledad de la Reina es un extraordinario libro histórico, el mejor a cien codos de los que se han escrito sobre Doña Sofía. Pilar Eyre se ha documentado no solo acerca de los grandes acontecimientos sino que acumula los pequeños detalles hasta recrear el clima de la época y del entorno de lo ocurrido. La soledad de la Reina no es un libro anecdótico ni menor ni está salpicado de rumores cuando no de bulos; ni predominan en él la cursilería, las cuestiones insignificantes o los juicios pueriles. Pilar Eyre conduce al lector, lo recrea y enamora, a través de la vida de un personaje excepcional que conoció de niña la dureza del exilio, la zozobra y la incomprensión y que se ha convertido en una de las figuras más queridas de la vida española, rodeada de la admiración general.
Pilar Eyre, en fin, se ha introducido en la psicología de una mujer hermética, difícil de entender y calibrar, y ha completado así un relato histórico que con sus luces y sus sombras, con sus vaivenes y sorpresas, contribuye en varios aspectos claves al conocimiento de una Reina que ha hecho del cumplimiento del deber el eje de su entera vida extraordinaria.
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Mi única ambición ahora es morir como un río en el mar. Ya noto la sal". José Luis Sampedro ocupa hoy la más alta cota de prestigio intelectual y de influencia en las nuevas generaciones. Se podrá coincidir con él. Se podrá discrepar de él. Pero sus análisis son tan penetrantes y tan provocadores, que asombran. En una entrevista realizada por Luz Sánchez-Mellado afirma, con ciertas remembranzas a Lorca: "Somos naturaleza. Poner el dinero como bien supremo nos conduce a la catástrofe". José Luis Sampedro ha certificado la agonía del capitalismo salvaje: "La actual barbarie dará paso a un nuevo sistema". Al reflexionar sobre la realidad actual, el gran escritor, con varias docenas de libros a las espaldas, explica la crisis de la sociedad del siglo XXI: "Esto se acaba por degradación moral. Hemos olvidado justicia y dignidad". Frente a la voracidad de la clase política, cada día más corrupta; frente al periodismo alfombra que nos degrada, la voz de José Luis Sampedro se enciende como un faro en la penumbra.