HTC One: Videoreseña y primeras impresiones de uso
Tras presentar hace menos de una semana el HTC One, los chicos de HTC han decidido traer su nuevo smartphone estrella al MWC 13. De esta forma hemos tenido ocasión de probarlo en el stand de HTC y la realidad es que, a falta de probarlo con más detenimiento, nos ha dejado maravillados en todos los aspectos.
Empezamos por el diseño, donde HTC ha hecho un gran trabajo para tratar de construir un dispositivo delgado, ligero y con unos materiales y acabados excelentes. Como ya conocíamos, tiene un grosor 9.3 milímetros y un peso de 144 gramos, cifras que no representan la sensación que el dispositivo da cuando lo tiene en la mano. Gracias a la parte trasera curvada, el smartphone parece más delgado de lo que en realidad es, creando así una falsa sensación que ya habíamos visto en otros smartphones de la compañía como el HTC Droid DNA o el HTC Windows Phone 8X.
Se aprecia una gran calidad en el diseño, donde HTC siempre ha trabajado muy duro. En este caso tenemos un smartphone de 4.7 pulgadas con un cuerpo totalmente en aluminio, a diferencia de otros smartphones que predicaban ser totalmente de aluminio cuando en realidad tenían alguna parte plástica. El empleo de este material deja patente desde el primer momento que el dispositivo es un smartphone premium, de la gama más alta, a diferencia de muchos otros que están hechos principalmente en plástico.
Quizás en los renders no nos acabe de convencer el diseño con los dos altavoces en la parte frontal, pero cuando uno lo tiene en la mano simplemente queda enamorado, tanto con la unidad negra como con la blanca. Además resulta muy práctica esta posición, porque en ningún momento ahogamos el altavoz, algo que sí veíamos en otros dispositivos de otras marcas.
Si ponemos a prueba el rendimiento el móvil, nos daremos cuenta que sencillamente vuela. El SoC Qualcomm Snapdragon 600 se nota sobre todo en la fluidez de las transiciones y en la velocidad de las mismas. Diría que casi tan fluído y tan rápido como los smartphones de la gama Nexus, algo que ocurre gracias a la inclusión de Android 4.1 Jelly Bean y, como ya he dicho al potente procesador de Qualcomm, que se ve acompañado también por 2 GB de memoria RAM.
En juegos como Riptide GP o Dead Trigger, el smartphone se desenvuelve como la seda, sin despeinarse en ningún momento, a pesar de que la pantalla con resolución HD suele lastrar el rendimiento. En el caso del One, como ya he dicho, eso no ocurre, y encontramos una experiencia excelente en cualquier situación.
La cámara es un apartado donde HTC ha querido diferenciarse un poco con el HTC One, y la verdad es que, a falta de ver como consiguen enfocarlo en cuanto al marketing, cumple con lo que decían. El sensor de 4.3 megapixels con flash LED toma unas fotografías en condiciones de baja luminosidad excepcionales, mejores que las del iPhone 5 y Sony Xperia T, dos de los referentes en lo que a cámaras se refiere.
En las fotografías se aprecia sobre todo una mayor luminosidad de las fotos y una menor cantidad de ruido. Los colores y la saturación son relativamente similares a otros smartphones. Habría que compararlo con el Sony Xperia Z y con el Nokia Lumia 920, que tienen grandes mejoras en estos apartados y son dos referentes.
El sonido es algo que HTC ha querido mejorar bastante con el One y parece que lo han conseguido. En el stand de HTC, que había un nivel de ruido bestial, podía escuchar el smartphone de HTC sin necesidad de prestar demasiada atención. El Nexus 4, por ejemplo, tenía un volumen bastante más inferior. Y en cuanto a la calidad, lo poco que hemos podido probarlo, parece que está al nivel de los mejores, aunque habrá que hacer pruebas más tranquilamente en ambientes más adecuados.
Pasemos ahora al software, o lo que es lo mismo, HTC Sense 5.0 + Android 4.1.2 Jelly Bean. Esta combinación hace que al montarse sobre un hardware como el del One, la experiencia de usuario sea una de las mejores. El hecho de que incorpore Jelly Bean hace que el sistema operativo se mueva más fluido que otros dispositivos, además, HTC ha optimizado muchísimo HTC Sense, uno de los principales problemas de los anteriores flagships de la compañía taiwanesa.
El nuevo Blinkfeed en lo poco que lo hemos podido probar parece una función bastante interesante y, sobre todo, innovadora, aunque dudo que acabe de cuajar. La gente escoge Android entre otras muchas cosas por su personalización, y BlinkFeed acaba por completo con ella. Por suerte, podemos tener los escritorios normales deslizando lateralmente. Aquí ya no encontramos grandes novedades.
Así que de momento el HTC One nos ha dejado un muy buen sabor de boca. Esperamos impacientes poder probarlo en unos días a fondo y hacer un análisis mucho más extenso y detallado de todas y cada una de las novedades que incorpora.