Análisis del Motorola One: más Android One, menos Motorola
Analizamos el Motorola One, el último gama media de la firma Motorola. Un buen teléfono que avanza en software pero peca en personalidad.
17 octubre, 2018 20:34ErrorError
Desde un tiempo a esta parte llevamos pidiéndole a Motorola un teléfono con Android One. Así ha sido, y afortunadamente, pasa por nuestra mesa de análisis: esta es la review del Motorola One, primer teléfono de la firma en llevar el sello del programa. Un teléfono de gama media que tiene buenas prestaciones pero un gran problema.
Criticamos duramente a Sony en la comunidad por mantener demasiado tiempo su ya obsoleto diseño Omnibalance. Motorola no ha hecho esto y se ha sabido mantener en una línea de diseño reconocible pero no desfasada. En este terminal, por el coste de albergar Android One, perdemos la seña de Motorola por completo.
Motorola One
- Pantalla de 5.9"
- Snapdragon 625
- Cámara de 13 Mpx + 2 Mpx
- Más especificaciones
- Rendimiento
- Construcción
- Android One
- Cámara trasera
- Notch
- Pantalla
Características del Motorola One
-
Procesador – Qualcomm Snapdragon 625 de ocho núcleos.
- 4x Cortex-A53 a 2.0 GHz
- 4x Cortex-A53 a 2.0 GHz
- Memoria RAM: 4 GB.
-
Almacenamiento.
- Interno: 64 GB.
- MicroSD: si, hasta 256 GB.
- Gráfica: Adreno 506
-
Pantalla.
- Tamaño: 5.99 pulgadas.
- Resolución: 720 x 1520 píxeles.
- Tecnología IPS.
- Relación de aspecto: 19:9.
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Cámara trasera.
- Resolución: 13 Mpx la principal y 2 Mpx la secundaria.
- Apertura: f/2.0.
- Otros: LED Flash.
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Cámara delantera.
- Resolución: 8 Mpx.
- Apertura: f/2.2
- Otros: LED flash frontal.
- Conectividad: 4G/LTE, Dual SIM, Bluetooth 5, WiFi 802.11a/b/g/n/ac, NFC…
-
Puertos:
- Conector USB Tipo C.
- Jack de 3.5 milímetros.
- Batería: 3000 mAh con carga rápida Turbo Power.
- Dimensiones: 149.9 x 72.2 x 8 mm
- Peso: 156 gramos.
-
Sistema:
- Versión de Android: Android One 8.1 Oreo.
Un diseño totalmente cambiado que te sonará demasiado
Empezamos por el apartado del diseño, y repasaremos cada una de sus partes. Os iréis dando cuenta, sobre todo si conocéis la marca desde hace tiempo, que estos cambios son muy drásticos pero no desconocidos. En la parte delantera tenemos un panel de 5.99 pulgadas en resolución HD+ con un formato 19:9. Esto nos deja una resolución de 720 x 1520, una densidad de 287 píxeles por pulgada y un prominente notch en la parte superior del que os hablaremos más adelante.
Tenemos unos marcos redondeados y en el notch el Motorola One presume de un flash delantero y una única cámara de 8 Mpx con focal f/2.2 además del altavoz. En la parte de abajo vemos los marcos redondeados ya mencionados y la serigrafía de Motorola. Los botones existentes están en pantalla, y el ratio de frontal es de un 79.2 por ciento.
En la parte de atrás tenemos una trasera totalmente de cristal, una doble cámara de 13 + 2 Mpx con el flash LED y 2 detalles muy importantes: que la serigrafía de Motorola está incluida en el lector de huellas (lo cuál es una fantástica idea) y la serigrafía de Android One, posiblemente el mayor punto de este teléfono.
El marco es de metal, con un acabado cromado, y abajo tenemos un micrófono, un altavoz y el USB-C que también nos servirá para cargar por Turbo Power la batería de 3000 mAh que tiene este Motorola One. En la parte de arriba tenemos un jack de 3.5 milímetros y en los cantos tenemos los botones clásicos de volumen y apagado y una triple bandeja para 2 SIMs y la SD de hasta 256 GB.
En el punto del diseño y el agarre perderemos más tiempo de lo normal, porque como podemos ver, Motorola ha tirado por tierra su línea de diseño habitual para adaptarla totalmente a las del iPhone X. Tenemos un marco cromado, un notch bastante prominente e incluso una disposición de cámaras que nos recuerda a la del dispositivo de la manzanita.
¿Es esto realmente malo? No tiene por qué. Al fin y al cabo la gente se compra un móvil para usarlo y no para mirarlo, pero el componente del diseño sí tiene cierta importancia para muchos. Aunque las sensaciones en mano sean ideales ya que es un teléfono no demasiado grande y encima de cristal, da que pensar que la primera incursión de Motorola en el terreno de Android One haya sido sacrificar su diseño por el camino.
Quizás el único tirón de orejas es respecto al notch, ya que a diferencia de dispositivos como los Huawei P20 o los OPPO de turno, este es bastante generoso. Debido a que la hora, el Wi-Fi, la batería y la red van en las esquinas, tendrás sí o sí que desplegar la barra de notificaciones para saber qué pasa porque a nosotros nos ha cabido un icono a cada lado.
Rompiendo una lanza a favor de este teléfono, tenemos que decir que nos ha gustado muchísimo la construcción del cuerpo. Nos recuerda poderosamente al Huawei P20 estándar, ya que comparte tamaño (salvando ciertas distancias) y consigue que tengamos un teléfono con una generosa pantalla pero con un tamaño no demasiado acusado.
Tenerlo en mano, sacarlo del bolsillo y usarlo en la calle es todo un gustazo. Cada vez estamos más acostumbrados a móviles de grandes dimensiones, y el poder tener algo de margen para aquellos que no se sienten atraídos por esos dispositivos le da un punto a favor. Aunque el cristal deje lleno de huellas a este Motorola One la sensación premium no se pierde, y sabiendo el precio relativamente económico que tiene, es un añadido que apreciamos.
Puede que no sea el más bonito, pero sí es manejable y da muy buenas sensaciones
Esto ayuda muchísimo a su uso a una mano. La pantalla no es especialmente grande y al tener un formato más panorámico hace que su uso sea muy sencillo. Si eres valiente y no usas la funda que trae el teléfono, tendrás la sensación del cristal tocando tu mano permanentemente. Si tenemos que achacarle algo más diré personalmente que no soy fan de los marcos cromados, pero esto entra dentro de gustos personales.
Un gama media de manual: ¿es esto bueno o malo?
Siguiendo esta premisa y fijándonos en otros fabricantes, podríamos esperar que este teléfono fuera de gama media premium o directamente alta. Pero no es así, y aquí vemos que quizás Motorola ha sido algo conservadora de más. No es un hardware con el que tendremos problema en absoluto, pero Motorola podría haberse arriesgado un poco más en este apartado.
Como procesador este Motorola One nos ofrece al Qualcomm Snapdragon 625, un chip archiconocido de 8 núcleos. Su gráfica es la Adreno 506, y le acompañan únicamente 4 GB de memoria RAM junto a 64 GB de memoria interna. Contamos con expansión vía microSD de hasta 256 GB, y aunque tenemos una versión «Power» disponible, no llega de forma internacional y por lo tanto solo tendremos esta configuración.
Como muchos sabréis, esta misma configuración la hemos visto (incluso con el software) en teléfonos como el Xiaomi Mi A1 y el Xiaomi Mi A2 Lite. Este chip aunque tiene ya cierto tiempo ha demostrado ser más que solvente, y si bien no es un tope de línea como la gama 800, ofrece un buen desempeño que no dejará a nadie detrás.
Al ser un Android One este teléfono cuenta con lo último en software (o casi): Android 8.1 Oreo totalmente stock con una actualización prometida a Android 9 Pie. Hablaremos de esto más adelante, pero nos sirve de indicativo para dejar claro que el sistema no sufre ninguna lacra que lastre nuestro rendimiento, por lo que en este apartado nos ha gustado bastante.
Todo se mueve bien y no tendremos ningún tipo de problema para ninguna tarea que le pongamos por delante. Es cierto que si nos ponemos jugones y enfrentamos a este One contra juegos como Asphalt 9, N.O.V.A y cosas así quizás notemos alguna caída de frames puntual, pero ninguna app ni ningún título se debería resistir. Y le hemos dado un uso intensivo. Ayuda la resolución de la pantalla a este cometido.
Afortunadamente, Motorola no se suele dejar cosas en el tintero. Tenemos todas las conexiones posibles, incluyendo la radio FM y nos llena de alegría ver un USB-C en la parte inferior junto a un NFC, usualmente los primeros caídos en teléfonos «baratos». Menos mal que no se ha vuelto a cometer el error de meter un microUSB, y en el tema de la conectividad no tendremos ninguna carencia.
Las memorias también se comportan bien. Los 4 GB de memoria RAM nos aseguran que no tendremos muchas apps cerradas, a excepción de algunas pesadas que dejemos abandonadas durante un tiempo. Los 64 GB de memoria son todo un acierto, y lo es más sabiendo que tenemos la triple bandeja que nos permitirá tener 2 SIMs y la tarjeta SD. Estamos cubiertos, y no tendremos que elegir uno u otro.
¡Por fin tenemos Android One!
Sabemos que Motorola no está en su mejor momento en cuanto a actualizaciones. Por ello, le achacábamos a la marca que pusiera una capa personalizada casi stock en sus teléfonos pero que obviara a Android One, el programa que debería tener todo Android. Por fin tenemos al primer teléfono con One de Motorola y no podemos alegrarnos más.
Android One nos promete 3 cosas: 2 años de actualizaciones de software (es decir, verá Android Pie y Android Q) y 3 de actualizaciones de seguridad. La tercera cosa es la mejor para nosotros: Android totalmente stock, sin ningún tipo de añadido más allá de alguno puntual como la cámara o la app de Moto.
Gracias a esto, funciones que estaban en Android One que no estaban en la «capa» de Motorola por fin las encontramos. Además, tenemos una actualización a Android Pie prometida, y de paso disfrutamos de Android 8.1 Oreo. El launcher es totalmente stock, y el único «bloatware» son las apps de Google preinstaladas. Nos encanta.
Por otra parte, nos congratula ver que Motorola ha incluido las opciones históricas de siempre en su app Moto, como el Ambient Display para ver las notificaciones con la pantalla bloqueada y los gestos de activar la linterna agitando el teléfono y el giro rápido para lanzar la cámara. Quizás nos faltaría alguna más, pero esta experiencia de software tan limpia, pulida y suave simplemente compensa esta falta.
El sistema se mueve de auténtico lujo. No hay trabas, no tenemos problemas con el widget del tiempo de Motorola ni el launcher (como sí pasa en otros modelos de Moto) y no hemos notado absoluto problema. El único fallo de software que sí hemos visto es complicado de definir, ya que es un fallo y a la vez una ventaja.
Como sabéis, el tener una capa personalizada hace que tengamos funciones específicamente pensadas para el teléfono. Problema: este Android One tiene notch. Por lo tanto, no tenemos ningún tipo de opción para ocultarlo. Esto implica que en la mayor parte de situaciones os tendréis que comer el notch con patatas.
Por otra parte, Motorola ha hecho algo que a mí me gusta especialmente. Cuando vemos vídeos en YouTube, jugamos a algunos juegos o simplemente el teléfono se pone horizontal en algunas apps, se crea un borde negro en la parte superior que simula un marco para no tener el notch molestando. Pero este marco es totalmente simétrico con el de abajo.
Al tener unos bordes totalmente redondeados, el notch se oculta de manera que también simule esos bordes curvados. Esto consigue que la sensación de simetría sea real, y que no veamos una fea franja rectangular que desentona con todo el teléfono. Un puntazo que espero que sigan todos los fabricantes.
Como último detalle acerca del software, no tenemos desbloqueo facial más allá del Smart Lock. Un desbloqueo propietario de Google que funciona suficientemente bien, pero que no es propietario de Motorola. Menos mal que contamos con un lector de huellas que funciona muy bien.
No entendemos qué ha pasado con la pantalla…
Pasamos a la pantalla, y aquí tenemos una duda muy seria. Empecemos por las especificaciones técnicas, y es que tenemos una pantalla que ocupa el 79.2 por ciento del frontal y con un tamaño de 5.99 pulgadas. Formato 19:9, IPS y… HD+. No, no nos hemos dejado una «F» por el camino. Este panel no es Full HD.
Centrémonos un momento en este apartado. Vamos a dejar claro que no todos los usuarios notaréis esta resolución ya que a efectos prácticos la pantalla es igual que la gran mayoría. No por ser HD vamos a tener un drama, y más para el público al que va enfocado este teléfono. Esto se solventa teniendo en cuenta que la pantalla no llega a las 6 pulgadas, y por lo tanto, no veremos excesivos problemas en ella.
El problema radica en que la resolución HD está reservada ya para terminales muy económicos. La gran mayoría de terminales económicos actuales ya apuesta por el Full HD, y vemos resoluciones enormes en teléfonos de gama alta. Incluso Sony ha apostado por una pantalla 4K en algunos de sus teléfonos. Entonces ¿por qué habéis puesto un panel HD en un gama media como este, Motorola?
Entendemos que si queríais recortar gastos este era un sacrificio. Pero viendo el resto de especificaciones del dispositivo (4 + 64 GB en las memorias, cristal, USB-C) no entendemos por qué uno de los componentes más importantes del dispositivo recibe un recorte de este calibre.
Pero no todo es resolución. ¿Qué tal se ve esta pantalla? Pues bien, la verdad es que no nos ha disgustado. El brillo máximo es muy bueno, sobre todo en exteriores. No tendréis problemas para leer en la calle o usar el teléfono. De hecho gracias a su tamaño no notaréis (a no ser que os fijéis) dientes de sierra o píxeles demasiado acusados en el panel, aunque sea HD.
El problema es que tendréis que cambiar algunos ajustes. La pantalla de base está configurada en el modo «Intenso», y aquí los colores son algo irreales y tirando a un tono verdoso que impregna la pantalla. Motorola nos da algunos ajustes para cambiarle la tonalidad y el modo, y si no os gustan los paneles IPS saturados, os recomendamos iros a esos ajustes y modificarlo.
Volvemos a recordaros que a causa del notch, tendréis que bajar las notificaciones para verlas, ya que ocupa tanto que solo os cabrán 1 o 2 iconos a lo sumo. Si no os gustan los notches, tened en cuenta que este no se puede esconder por software. Por lo cuál, pensamos que en el punto de la pantalla, Motorola se ha quedado algo atrás.
La batería de este One demuestra que los números no son todo
Este teléfono es ligero, y eso tiene una explicación: su batería «solo» es de 3000 mAh. Contamos con USB-C y carga rápida Turbo Power de Motorola. Sobre el papel podríamos decir que tendremos una autonomía bastante justita. Nada más lejos de la realidad, esta batería saca pecho.
En un uso normal (apps, música, GPS, algún juego) hemos conseguido unas horas de pantalla que oscilan entre las 5 y 6 horas de pantalla. Android Oreo gestiona de forma excepcional la autonomía, y el Snapdragon 625 no es un procesador demasiado tragón. Ayuda que la pantalla sea HD, y por lo tanto, el consumo de batería se reduce.
Si le achuchamos un poco más notaremos un drenaje (obviamente), pero incluso con un uso intensivo veremos que jamás bajamos de las 4 horas de pantalla. Esto se traduce, en uso, en más de un día de uso simple. Es cierto que si te envalentonas y te pones a jugar, ten cerca el cargador ya que al final del día lo necesitarás. Pero si tu uso no es demasiado alto, entonces no tendrás problema alguno.
La carga rápida se comporta bien, y tendremos el 100 por cien de carga en poco más de una hora y cuarto. En reposo este móvil es un mechero; para que os hagáis una idea, me fui a dormir con un 100 de carga sobre las 10 de la noche con todo puesto (Bluetooth, Wi-Fi, datos…). A las 11 de la mañana, se había consumido un 4 por ciento de batería. Toda una bestialidad a mi parecer.
El procesado de fotos, también llamado «el Aguafiestas»
Vamos a uno de los apartados que suelen decidir la compra: las cámaras. En cuanto a especificaciones, en la parte trasera tenemos un doble sensor de 13 + 2 Mpx con un flash LED y una apertura focal f/2.0. Delante tenemos un único sensor de 8 Mpx focal 2.2 y un flash LED frontal. Este último se podría haber quedado fuera en pos de tener un notch más pequeño. Vayamos a las fotos de muestra.
Vamos a las fotos diurnas. En la toma que tenemos arriba vemos que la foto tiene un buen nivel de detalle, capta bastante información pero tenemos un problema con el balance de blancos. Esta foto parece bastante más cálida de lo que realmente es, y vemos este efecto «enrojecedor» en tomas donde la luz sea la principal protagonista. Para que lo entendáis, vayamos a un ejemplo con menos luz.
En esta imagen lo podemos ver mucho más claro. En esta situación, el sol estaba nublado por la parte de atrás, y por delante hacía sol. En la realidad, la escena era más fría, pero al colarse la luz entre las sombras, el sensor interpreta que el ambiente es cálido cuando no es así. Este problema no se veía en la imagen de la cámara, por lo que el problema está en el procesado.
Este fallo es recurrente en los teléfonos económicos de Motorola. A nivel de captación de luz, calidad y demás no están mal, pero es en el procesado donde vemos estos problemas. Esto se recrudece de otras formas cuando sacamos fotos mucho más exactas, sobre todo cuando la luz empieza a faltar.
Además del procesado que provoca un efecto acuarela bastante notorio, vemos que además el rango dinámico es correcto pero no del todo. La zona de la derecha está un poco más oscurecida de la cuenta y aunque el sol quema parte del cielo (lógicamente) notamos que el azul de este queda en un gris extraño.
Es cuando cae la noche donde nos encontramos con los fallos más graves. ¿Recordáis la review del Motorola Moto E4 que hice hace meses? En ese análisis destaqué que la fotografía nocturna tenía serios problemas de ruido, blur y mal procesado. En este caso nos encontramos exactamente el mismo problema.
El rango dinámico va a su bola, el balance de blancos es de todo menos preciso, y el efecto acuarela que se forma por el ruido es muy visible. Aparte, tenemos otro problema: el uso del HDR. En la app de cámara podemos activarlo, desactivarlo y dejarlo en automático. Según nuestras pruebas, «automático» significa «siempre encendido de noche» y de día «apagado y encendido de forma aleatoria».
El HDR clarea demasiado las zonas más oscuras y al aplicar tanto software a estas zonas, queda un color artificial tirando a azul o morado. Además, el sistema entiende que hay que añadir más luz a la instantánea y se forma un problema que a nosotros no nos ha gustado nada. Este problema pasa cuando tomas la foto, dejas que pasen 2 segundos, vas a verla a la galería y ¡pam! Una capa de software clarea la foto de forma artificial. Lo peor no es eso, sino que incluso desactivando el HDR sigue pasando esto.
Esta cámara no es dramática. En fotos diurnas podréis realizar buenas fotos si así lo pretendéis. Pero nos topamos de bruces con este problema de Moto, en el que las cámaras no son malas pero el post-procesado se lo carga todo. Esperemos que esto se solucione con software, ya que en algunas situaciones es realmente molesto y hace que quede por debajo de sus rivales de precio directos.
En cuanto al selfie, podemos ver que ocurre una versión minimizada de lo anterior dicho. Sí, las fotos salen bien y el nivel de detalle es bueno. El problema es que al tener una apertura focal tan poco luminosa, con que haya poca luz el balance de blancos vuelve a hacer de las suyas y perdemos algo de calidad en la imagen.
Podéis verlo en esta instantánea: la luz me da desde la izquierda y provoca que el rango dinámico se vuelva otra vez un poco loco y por descontado aparece el ruido consecuente. Nos queda un selfie algo medianito cuyo único problema son los cambios drásticos de luz. Al menos, el flash LED frontal ayuda en situaciones de poca luz, pero no hace milagros.
Un móvil muy capaz cuya mayor carencia es la ausencia de personalidad
Mi conclusión sobre este dispositivo es que es un gama media muy capaz. El problema es que llega en un momento complicado ya que la gran mayoría de fabricantes han optado (unos con más descaro que otros) por seguir la línea de diseño que inició el iPhone X. Notch, cristal, cámara dispuesta en vertical, etcétera.
El problema reside en que, siendo justos, este terminal se parece demasiado a muchísimos otros que pululan por ahí. Sí, le diferencia Android One y el diseño, como hemos dicho, no hace que este teléfono sea peor. Pero en pos de ofrecer algo distinto, Motorola ha tirado a este Motorola One al pozo donde se encuentra esa infinidad de móviles copias del iPhone, lo cuál lo hace luchar en un terreno muy accidentado.
Además, los puntos en los que flaquea chocan directamente contra el precio: 299 euros. Un coste que no me parece excesivo, pero que lo pone a pelear en un terreno durísimo. Sus carencias, como la cámara y la pantalla hacen que este teléfono lo tenga difícil contra alternativas de fabricantes tradicionales como Samsung, BQ o Sony, que lo superan en casi todo.
¿Es suficiente entonces Android One para comprarse este teléfono? Dejando a un lado los defectos de este Motorola One, hay que decir que es un teléfono ideal para aquel que busque algo prolongado en el tiempo. Tendremos actualizaciones futuras durante mucho tiempo. La experiencia de software es muy buena para quien la aprecie y sobre todo es un terminal bonito dentro de lo que cabe. Su hardware es competente para todo el mundo y nos dará un desempeño igual de bueno dentro de un tiempo que el de ahora.
Acabo este análisis instando a Motorola a que siga la senda de Android One. Porque sus teléfonos son muy buenos. Estos terminales suelen tener muy buena calidad y suelen ser equilibrados. Pero ahora mismo, por motivos que escapan a mi conocimiento, Motorola está flaqueando en un detalle que cada vez es más importante, y son las actualizaciones. Android One lo solventa. Pero si buscabas un teléfono nuevo con One y que además fuera bonito, te recomiendo esta opción siempre y cuando lo que yo considero carencias no te supongan un motivo de cancelación de compra.