Mateo Kovacic cuajó una excelente actuación en Balaídos. El Real Madrid no tuvo su mejor día en el feudo vigués pero si algo se puede resaltar del encuentro blanco es la actuación del joven croata. El futbolista dio toda una lección en el centro del campo y se erigió como el gran líder del conjunto merengue con tan solo 22 años.
Su conducción exquisita y dominio del esférico ofrecieron múltiples posibilidades al conjunto blanco de medio campo para arriba. En defensa tampoco se quedó corto presionando siempre la salida de balón del Celta. Kovacic siempre estuvo en movimiento constante durante los 90 minutos, siendo el mejor jugador del Real Madrid.
Echando la vista atrás, el Kovacic de la presente campaña no tiene nada que ver con el de la anterior temporada. Pegado en el día a día a Modric, el croata ha aprendido una barbaridad al lado de su compatriota lo que provocó que frente al Celta pudiera cumplir a la perfección el papel que suele protagonizar Luka, ausente debido a su lesión frente al Málaga. Zidane tiene en el banquillo una joya en bruto con la que puede contar siempre que lo necesite.