El pasado 5 de febrero Cristiano Ronaldo celebraba su cumpleaños. El portugués sopló 32 velas en la cumbre de su carrera deportiva tras levantar un mes atrás su cuarto Balón de Oro, pero rodeado de críticas que exigían más del mejor jugador del mundo.
Su aniversario parece haberle sentado de perlas al '7' blanco. Desde tal fecha, ha ido encadenando actuaciones más que notables y ante el Valencia no fue menos, siendo el mejor del partido. Hasta este miércoles fueron tres partidos donde el portugués deslumbró con una cara no tan conocida; más participativo y generoso con sus compañeros pero falto de suerte de cara al gol.
En Mestalla no tuvo problemas para echarse el equipo a las espaldas. Durante los 90 minutos fue la mayor amenaza merengue y al borde del descanso, con el equipo herido de muerte con un 2-0 en contra en el marcador, recortó distancias con un gran testarazo ante el que nada tuvo que hacer Diego Alves. La imagen recordó al gol de cabeza que dio la Copa del Rey de 2011 ante el Barça. Mismo área y mismo protagonista, el que dicen que nunca aparece en los momentos importantes.
En la segunda parte siguió tirando del carro y cerca estuvo de dar la vuelta al partido él solito, pero Bengoechea se lo impidió tras no pitar un penalti clarísimo en el que CR7 fue derribado por Mangala. Toda una lección de liderazgo empañada por la derrota final.
Se quiso dar por muerto a Cristiano pero en el mes de su cumpleaños ha demostrado que está más vivo que nunca. Si sigue con esta dinámica ascendente seguro que dará muchas alegrías al aficionado madridista de aquí a final de temporada y levantará algún que otro título.