Al Madrid se le debieron de atragantar las uvas la pasada Nochevieja. El conjunto blanco no ha empezado el año tan bien como se esperaba y ya ha empeorado sus registros de todo 2016. Tres derrotas en apenas dos meses que chocan en comparación con las dos sufridas el pasado año.
Hay que recalcar que el 2016 del Real Madrid rozó la perfección y se presuponía la gran dificultad que conllevaría repetir éxito en el 2017. Solo el Atlético de Madrid y el Wolfsburgo fueron capaces de doblegar a un Madrid que parecía invencible y que llegó a acumular 40 partidos consecutivos invictos, racha que finalizó en el Sánchez Pizjuán, ya en 2017.
El inicio del nuevo año le ha costado algo más a los de Zidane. La derrota en Liga ante el Sevilla supondría el primer traspiés blanco que tres días después se agravaría en el Bernabéu con un nuevo pinchazo esta vez ante el Celta y en la ida de Copa del Rey que poco después supondría la eliminación copera del conjunto merengue.
La de Mestalla es la tercera derrota del año. Todas ellas con el mismo resultado en el marcador, 2-1 en contra, y en las que el Madrid se quedó a nada de sacar algo en positivo de cada uno de los encuentros. No hay razones para alarmarse, la dinámica del equipo no ha cambiado y Zidane es consciente de que no hay motivos para preocuparse. Las derrotas están ahí, sí; pero el equipo sigue líder en la competición liguera con un partido menos y ya roza los cuartos de final con el 3-1 endosado al Nápoles en el Bernabéu. Los números han empeorado, no el Madrid.