Con el traje de héroe. Así ha decidido salir Gareth Bale al terreno de juego ante el Liverpool, en la final de la Champions League. Tras verse relegado a un segundo plano, ha saltado al césped para desequilibrar la balanza de un encuentro que cogía una dinámica peligrosa. Y le ha bastado un toque para hacerlo.
Marcelo ha colgado el esférico al corazón del área y ahí ha aparecido el '11'. Lleno de rabia y ganas de reivindicarse, se ha elevado hasta los cielos de Kiev para contactar una chilena, que quedará para la historia. Ante la atenta mirada de Cristiano Ronaldo, buen conocedor de estas acciones, y de la defensa red, ha enviado la pelota al fondo de la red, sin que Karius pudiese hacer nada.
Lejos de amedrentarse por quedarse fuera del once, en favor de Karim Benzema, ha sabido concienciarse para saltar al terreno de juego y tener un papel igualmente decisivo. En cuanto ha visto que su tiro entraba, Bale ha soltado toda la adrenalina contenida durante este tiempo. Ha abierto los brazos, ha gritado el gol a los cuatro vientos y se ha dirigido al corner, donde se ha tirado en plancha. Sus compañeros no se han hecho esperar y han llegado enseguida. Todos han querido abrazarle y felicitarle por su acción.
De esta manera, Bale -el hombre de las finales- ha vuelto a dejar su sello en un encuentro de gran magnitud y ha mandado un mensaje al mundo. No se ha rendido, ha peleado y ha encontrado su premio merecido. El trabajo ha tenido recompensa para él.
ENTRE LOS HISTÓRICOS
Con este tanto, el 'Expresso de Cardiff' se ha convertido en el tercer jugador británico que consigue marcar en dos finales distintas de la Champions League -anteriormente Copa de Europa- y en el único jugador que logra un doblete saliendo del banquillo. Una clara muestra de que es un jugador de talla mundial, al que las grandes citas le motivan especialmente. Su papel en las finales europeas del conjunto blanco ha sido decisivo. En Lisboa anotó el 2-1, que ponía al Madrid por delante en la prórroga. En Kiev ha hecho lo propio, cuando el choque marchaba 1-1.