El Real Madrid de las cuatro Champions League en cinco años podría haber escrito páginas muy diferentes de no haber contado con Luka Modric entre sus filas. El centrocampista estuvo muy cerca de fichar por el Chelsea e incluso mantuvo contacto muy cercano con Roman Abramovich. Pero al final acabó en el Tottenham y el resto ya es historia del fútbol.

La autobiografía del Balón de Oro de 2018 sale a la venta esta misma semana y The Guardian ha rescatado el pasaje en el que habla de su frustrada llegada a Stamford Bridge. El internacional croata se encontraba listo para comenzar sus vacaciones de verano tras finalizar la temporada 2010/2011. Entonces le llamaron sus agentes y le comunicaron que el Chelsea quería ficharle.

"Estaba abierto a la idea de moverme, pero luego las cosas sucedieron a la velocidad del rayo", relata el ahora futbolista del Real Madrid. Cogió un jet privado, junto a su agente, de Zadar a Cannes. Allí les esperaban su equipo de administración y de ahí a un episodio que bien podría servir de guion para una película de espías. Secretismo absoluto para que no saliesen a la luz las negociaciones.

Luka Modric, con la selección de Croacia

"Una furgoneta con cristales tintados nos llevó a Niza, a unos 30 km de distancia. Allí nos recogió la seguridad de Roman Abramovich, quien nos subió a una lancha rápida y nos llevó al yate del propietario del Chelsea", revela el futbolista, quien asegura que "todo fue muy emocionante".

"Una veintena de personas, que parecían formar parte del destacamento de seguridad nos recibieron en el barco. Fue rápido y bien organizado. Justo cuando nos acomodábamos en una de las cubiertas de lujo, apareció Abramovich. Estaba acompañado por su esposa Dasha y su hijo. Me fascinó la discreta desaparición de todos los agentes de seguridad justo cuando llegó. Era obvio que estaban bien entrenados, su sincronización era perfecta", escribe Modric en su autobiografía.

Encuentro con Abramovich

El dueño del Chelsea no dio rodeos: "Había conocido a Abramovich solo una vez antes. Estaba viendo al Chelsea jugar contra el Atlético de Madrid en Stamford Bridge y estaba sentado cerca de su palco. Aquí es donde nos conocimos e intercambiamos un par de palabras. Durante nuestro encuentro en la Côte d'Azur, dejó la impresión de ser una persona relajada y algo misteriosa. No se andaba con rodeos y dijo: 'Sabemos que eres un jugador de calidad. Me gustaría que firmes por el Chelsea'".

Abramovich, dueño del Chelsea. Foto chelseafc.com

Modric estaba interesado por la propuesta, de no haberlo estado no hubiese hecho el viaje. Después de tres buenas temporadas en el Tottenham y de haber jugado la Champions League con los spurs, el actual '10' blanco sentía que debía dar un paso adelante en su carrera: "Quería pelear por los trofeos y ganar títulos. Sentía que eso no sucedería si me quedaba en el Tottenham. Quería irme a un club más ambicioso".

Abramovich le preguntó entonces si creía que el Tottenham pondría resistencia a la operación y Modric fue sincero, le contestó que "las negociaciones van a ser difíciles". Después de esto, se acabaron sus bebidas y después de unos 20 minutos tanto Abramovich como su mujer "se retiraron discretamente a sus habitaciones.

Pese a todo esto, tanto la sensación de Luka Modric como la de su círculo es que Daniel Levy no "querría oír hablar de ello". Los rumores llegaron a la prensa y el futbolista asegura que le preguntaron si era cierto que quería irse. El centrocampista no se ocultó y dijo que "era hora de dar un paso adelante". Todo esto "creó mucho alboroto".

Levy salió a la palestra para decir que Modric no iba a dejar el Tottenham, que "no había posibilidad" de dejarle ir. Fue después cuando el jugador regresó a Londres y aunque no hubo "palabras duras ni insultos", sí que recibió la bronca del dueño de los spurs por haber dicho públicamente que quería irse.

Objetivo, Real Madrid

La ventana de transferencias se cerró y Modric continuó jugando en el Tottenham, pero en su cabeza continuaba la idea de partir para enrolarse en un proyecto más ambicioso. Levy le puso entre las manos una renovación jugosa, en la que se incluiría una cláusula para dejarle ir a un club como el Real Madrid si así lo quería, pero Luka no quería firmar nada.

Y llegó el momento, aunque hubo que esperar, para verle fichando por otro club: "Me había probado a mí mismo como jugador. No sabía a dónde iría desde Tottenham. No sabía si Levy estaría de acuerdo en venderme ni cuándo. Pero estaba convencido de que era hora de seguir adelante, hacia un desafío nuevo y más grande. Después de cuatro años maravillosos, durante los cuales nos sentimos como en casa en Inglaterra, Vanja y yo supimos que esta vida había llegado a su fin".

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