Toda historia tiene sus puntos de inflexión y uno de los más recientes en la del Real Madrid ocurrió un 4 de enero. Tal día como hoy, en 2016, Zinedine Zidane (Marsella, 1972) era presentado como entrenador del primer equipo blanco en un acto en el que le acompañó Florentino Pérez, quien le anunciaba como "una de las figuras más grandes de la historia del fútbol". Seis años después, su leyenda ha cobrado mayor envergadura.
Difícil elegir entre el Zidane jugador y el Zidane entrenador. Uno exquisito sobre el campo y el otro dominador desde el banquillo. Hasta un mito como él tuvo que soportar mofas tras saltar desde el Castilla, pero en solo unos meses llevó al Real Madrid hasta La Undécima para encadenarla luego con la 12ª y la 13ª en una de las eras más gloriosas que se hayan visto en el planeta fútbol.
La historia de Zidane como técnico despegó y se disparó en el Real Madrid, club con el que siempre guardará un vínculo especial. Tricampeón de Europa en tres temporadas (y de La Liga en la 16/17), tras la final de Kiev dejó el cargo para tardar solo unos meses en darse cuenta de que tenía que volver. 284 días pasaron desde que lo dejó el 31 de mayo de 2018 y volvió el 11 de marzo de 2019.
Solo fueron unos meses, pero se reencontraron otro Madrid y otro Zidane. En su segunda etapa, el Zizou que se vio fue uno más resolutivo, que experimentó más con su equipo y lo adaptó a las circunstancias. Gracias a ello lo llevó a ganar en 2020 la que será siempre recordada como La Liga de la pandemia tras protagonizar una remontada épica tras retomarse la activdad en el fútbol español.
Pero toda relación acaba siendo víctima del desgaste y la del Madrid y Zidane lo sufrió en el último año. Si bien el equipo lo luchó todo hasta el último momento, el club se quedó por primera vez sin títulos en más de una década y el técnico galo se marchó de una forma que dejó a todos un sabor amargo. Su maestro, Carlo Ancelotti, recogió el testigo y Zizou se enfrentó a un panorama desconocido para él: qué hacer ahora con su carrera.
228 días sin Zidane
El primero adiós de Zidane del Madrid fue diferente al segundo. En forma y en contenido. En 2018 se fue para descansar y volvió cuando recuperó energías, pero en 2021 se fue apuntando que tenía ganas de coger los mandos de otro proyecto. El último verano no se le presentó ninguna oportunidad atractiva y desde entonces se ha mantenido alejado de los focos del fútbol. Ya han pasado 228 días de su adiós del banquillo blanco.
En este tiempo, Zidane se ha centrado en su vida privada mientras a su alrededor llovían a partes iguales ofrecimientos y rumores sobre otros equipos. Le quiso el Manchester United cuando despidió a Solskjaer, pero su respuesta fue un 'no' rotundo. En este punto no iba a asumir un proyecto a la mitad y tampoco es que los red devils entraran en sus planes de futuro.
Entre Les Bleus y el PSG
Después de los acontecimientos de los últimos dos meses, solo aparecen dos destinos en el horizonte y ambos están en Francia: la selección nacional y el PSG. Zidane siempre dijo que era un sueño para él dirigir a Les Bleus y en la Federación desean que sea quien releve a Didier Deschamps en un cargo que, presumiblemente, dejará tras el Mundial de Catar 2022. Eso, sin embargo, supondría seguir inactivo hasta diciembre de este año.
De ahí que la opción del PSG, donde Mauricio Pochettino agota su crédito, sea la más factible para que Zidane vuelva a los banquillos. Un proyecto hecho para aspirar a todo con millones y futbolistas de primer nivel, además de estar ligado al proyecto indirectamente por su participación en QSI, propietaria catarí del club.
En París sueñan con Zidane y es más que probable que el PSG, que desmintió reunirse hace unos meses con él, lo haya intentado ya. Pero Zinedine tiene claro que el equipo que coja lo hará con tiempo para construir lo que él quiere y no en mitad de la temporada. En verano se sabrá qué ocurre y si Zizou, algo impropio en él, 'pasa' de su vínculo sentimental con Real Madrid y Marsella, ambos enemistados con el club que preside Al-Khelaifi.
Mientras tanto Zidane seguirá con su 'retiro', el cual enseña en sus redes sociales. Viajes con la familia, momentos con su nueva mascota y un hueco para el deporte, pero con pádel y no fútbol. Una vida tranquila que de un momento a otro volverá a estar ligada con el deporte rey y el francés tendrá que responder a las exigencias que acompañan a su leyenda construida con los años tanto como futbolista como entrenador.
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