Esta Champions League se decide en el Santiago Bernabéu. Para bien o para mal, según los intereses madridistas, la semana que viene se jugará el último partido de la temporada europea en el coliseo blanco. Real Madrid y Manchester City se medirán en el partido de vuelta de las semis y los locales, otra vez, buscarán la épica.
Se ha convertido en una costumbre este año: eliminatoria contra uno de los grandes ricos del fútbol y partido de vuelta en el Bernabéu. Primero fue el PSG, luego el Chelsea y ahora el City. Cada cruce ha tenido su aquel y ahora el Real Madrid tendrá que dar la vuelta al 4-3 del Etihad Stadium si quiere llegar a la final de París.
Solo se puede entender una Champions así con el Real Madrid. Otro equipo no se hubiera levantado de alguno de los tantos golpes que ha recibido el conjunto blanco. En Mánchester fueron dos en diez minutos y otros dos en la segunda mitad, pero aún así salió vivo. Ahora todo se centra en hacer de la visita del City un infierno.
Entre algún jugador cabizbajo del City, pese a la victoria, se sucedían los mensajes del Real Madrid en la misma dirección. Karim Benzema avisó primero: "Tenemos que ir al Bernabéu, necesitamos a la afición como nunca y vamos a hacer una cosa mágica, que es ganar". Le siguió Vinicius, el otro salvador de la noche: "Quedan 90 minutos para marcar las diferencias en el Bernabéu ante nuestra afición".
Necesitamos a la afición como nunca y vamos a hacer una cosa mágica, que es ganar
Siguiendo el discurso de sus estrellas, Carlo Ancelotti también tenía claro lo que tocaba ahora: "Esperamos al Bernabéu, la magia del Bernabéu. Nuestra afición tiene que estar lista". El Real Madrid se fue del Etihad convencido de que está muy vivo en la eliminatoria y va a tener su oportunidad para llegar a la final de Champions.
Quedan siete días para terminar de preparar otra noche para no dormir. Vendidas las entradas, habrá 65.000 aficionados en las gradas del coliseo para hacer valer el factor Bernabéu. Dos colosos como PSG y Chelsea, finalista en 2020 y campeón en 2021, respectivamente, sucumbieron. Ahora toca hacer que hinque la rodilla el último subcampeón.
Como toda noche así, las de las remontadas, se empezará a jugar el partido horas antes del pitido inicial. Miles de aficionados se encargarán de llevar en volandas al autobús del equipo hasta su entrada en el Bernabéu. Se espera que esta sea la busiana (término acuñado entre el madridismo) más espectacular de las vistas este año.
Calma y festival antes de la guerra
El madridismo está enganchado a su equipo. Lo que en agosto-septiembre se vaticinaba como un curso difícil ha acabado siendo un desborde de ilusión. Y a toda gran batalla, como en las grandes epopeyas antiguas, le preceden aires de calma y un festival como culmen antes de ir a la guerra.
Todo apunta a que el sábado se montará la fiesta por el título de Liga (el Madrid solo tiene que sumar un punto en casa ante el Espanyol), pero nadie se atreverá a darla por terminada hasta el partido del miércoles. Ancelotti mandó ayer su invitación a toda la afición: "Celebrar si somos capaces de ganar lo vamos a celebrar. Nos ayudará para el partido del miércoles, sin ninguna duda".
Quedan siete días para elaborar el plan de la vuelta. Ancelotti comprobó en Mánchester que donde más sufre el City es en la presión cerca de su área y los de Guardiola se arrugan más cuando juegan fuera de casa. Ya se vio en el Wanda Metropoltano. El italiano, a su vez, deberá corregir esos desajustes que hicieron temer por momentos por el hundimiento de la nave merengue en el Etihad.
Se ayudará seguro de la recuperación de Casemiro. La ausencia del brasileño se notó en la ida, pero se le espera de vuelta en el Bernabéu. El otro foco está puesto en Alaba, que duró 45 minutos ayer y se fue cojeando levemente. Este jueves se le hará una exploración para empezar a valorar si puede jugar el miércoles.
La ventaja para el Madrid es que el sábado jugará sin tensión. Muy probablemente haya muchas rotaciones: refresco para los veteranos y minutos para la segunda unidad. A 2.000 kilómetros, la historia del City será bien distinta. El pulso de los de Guardiola por la Premier está apretadísimo con el Liverpool y les toca visitar al Leeds. A eso hay que sumar que entre los sky blues hay tocados, como Stones, y lesionados, como Walker.
En una semana se saldrá de dudas. Sobre si el Madrid encadenó una tercera noche épica en Europa ante los clubes más poderosos (seguro que financieramente hablando). Sobre si el verdadero infierno ya no es el de los turcos, los griegos o los alemanes, sino el blanco.
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