Pablo Buendía progresa adecuadamente. Después de un mes en el dique seco, de sesiones de fisioterapia y de trabajo en solitario, el central del Atlético Tomelloso se incorporó al grupo para completar el primer entrenamiento..

Fue en la segunda jornada, y en el Manuel Trujillo, cuando Pablo Buendía se lesionaba de su rodilla con un edema óseo. El alcance de la lesión le iba a tener un mes, aproximadamente, en el dique seco, y de momento se están cumpliendo los plazos. Ahora toca la parte de puesta a punto para que el central esté cuanto antes a las órdenes de Darío. “Estoy contento porque hice el primer entrenamiento, pero he de reconocer que estoy reventado”, explicaba entre risas de Pablo a la web el club tomellosero. 

Y es que uno de los objetivos de ir entrando poco a poco es “para quitarme el miedo en esa serie de gestos como los golpeos al balón, los arranques, los cambios de ritmo…”. En el aspecto anímico reconocía estar “mucho mejor” y más aún “después de la victoria del pasado domingo ante el Albacete B”. Ahora toca “pensar y centrarnos en el Azuqueca para intentar rascar algo positivo y mantener la buena línea de resultados”. Además, en lo personal, el central auriverde deseaba estar “cuanto antes para entrar en la rueda y que el mister cuente conmigo”, lamentando, en este sentido, el comienzo de liga tan adverso “en el asunto de los centrales con la expulsión de Barea y con mi lesión”.

Mirando al futuro más inmediato, Pablo Buendía esperaba estar “en una o dos semanas” y aseguraba que iba a trabajar a tope “para ganarme un puesto”.

Mientras tanto, el Atlético Tomelloso continúa preparando el partido de la matinal de este domingo ante el Azuqueca donde, además de Pablo Buendía, no estará por sanción Barea ni Gascón, con permiso por su enlace matrimonial.