El extra de Paco Núñez
Mire usted por dónde. Ha sido llegar Paco Núñez al liderazgo del PP en Castilla-La Mancha y ponerse el mundo complicado. Todo empieza a ser del revés. El impulsivo y volcánico líder de los populares castellano-manchegos aterriza en el momento más difícil y la llanura de pronto se ha puesto cuesta arriba. Ni Cospedal siquiera está en su sitio, al punto de que este lunes por la mañana la vida está carísima y peleona para los chicos del PP en el ruedo público y en medio de un despiste monumental de tono amenazante y turbulento. El cielo está de gris rotundo y apunta tormentas en cadena, nubosidad variable y un clima de inestabilidad general que parece querer rondar una temporadita. Mal asunto. A Pablo Casado se le pone por momentos cara de yogurín y el terremoto Paco Núñez comienza desde Castilla-La Mancha a ver el horizonte como una prueba de obstáculos en serie y noticias poco simpáticas en los próximos telediarios.
La cosa viene chunga, o lo parece, y en este escenario intranquilo y movedizo Paco Núñez va a necesitar un extra XXL para llegar de buen talante a mayo del año que viene. Va de retro. Un extra de esfuerzo, un extra de talento, un extra de buena suerte y un sobreañadido de voluntad y ganas y buen ánimo para meterse de lleno en este campo embarrado e intentar hacerle un poco de daño al presidente socialista de la Junta, Emiliano García-Page. Recrecido en este final de la legislatura y con la propaganda funcionando a toda máquina sin intención de bajar las revoluciones ni un segundo en los próximos seis meses, Page está viendo la reelección con la botella medio llena en la misma proporción que a Núñez se le ha puesto el baile azul oscuro casi negro, y ello a pesar de su encomiable vehemencia, su intensidad y su pasión, y hasta las ganas de inaugurar un discurso en positivo en el PP de Castilla-La Mancha que a día de hoy es un imponderable. O sea, pura incertidumbre.
Paco Núñez, en fin, necesita mucha suerte. Su liderazgo ha llegado a un sitio intrincado en un momento fatigoso, un cambio de época radical que está dejando la vida enmarañada y el corazón extenuado en medio de un laberinto con destino en un lugar confuso. Es el dramatismo de la época: Rajoy lo dejó todo así de truculento en junio y desde entonces el carrusel sólo ha ido a peor. El encendido empuje de Paconúñez y su fogosidad política son una gran ventaja, igual que su voluntarismo y su juventud: virtudes de un político con ambición y ganas y mucha fe. No voy a negarle yo ninguna hipotética victoria a medio año vista ni una posible investidura presidencial, pero hay que reconocer que juega en campo contrario, frente al más listo de la clase y con el terreno de juego bien regado para que ruede la bola exactamente al gusto de los que mandan en la cancha. Una victoria a domicilio, en estas condiciones, sería como un milagro. Y ya es una cuestión de fe creer o no en los milagros.