Nuevo éxito de otra huelga de “curas”
Lo de las huelgas de estudiantes de cada trimestre es ya una tradición digna de contemplarse en el calendario escolar oficial de cada Comunidad Autónoma. No falla, en cuanto llega el segundo o tercer mes de curso escolar huelga de estudiantes al canto promovida por el Sindicato de Estudiantes y éxito total de la convocatoria. Lo de menos es el motivo. La última en Castilla-La Mancha, todo un éxito, ha sido para denunciar el machismo en las aulas y exigir una asignatura obligatoria de Educación Sexual, a ser posible con prácticas incluidas, pagadas y también obligatorias, añade uno. Pero por hacer huelgas, el Sindicato de Estudiantes las ha convocado de todos los colores, sobre todo cuando hay gobiernos de derechas. Cuando no cualquier motivo vale porque de lo que se trata es de tener un día libre cada trimestre hasta conseguir uno de esos calendarios patrocinados por el cántabro Revilla que tanto éxito han conseguido, sobre todo entre los padres que ven a sus hijos cada dos por tres por casa reivindicando el derecho al ocio cada dos meses.
Cualquier sindicato de estudiantes que se precie debe aspirar a los mismos objetivos de sus hermanos mayores, o sea, estudiar menos y obtener mejores apreciaciones por parte del profesorado de su trabajo. Si exigieran lo contrario estarían traicionando su razón de ser y no se comerían una rosca.
Y es que la única huelga creíble que puede hacer un estudiante por cualquier motivo es estudiar más y exigir que los títulos que se le dan tengan el prestigio suficiente para garantizar su competencia en el mundo del trabajo. Lo otro suena a huelga de “curas”, o de aquellas de hambre en el comedor del cuartel “para que se joda el capitán”. Huelgas a la japonesa o de celo son las únicas modalidades que uno aceptaría para estudiantes, curas, monjas y carabineros. Lo demás y por mucho que se cargue contra Wert, Cospedal o Rubalcaba le suena a uno a tongo y éxito asegurado.
Uno se ha pasado treinta y seis años de su vida en las aulas y nunca se ha encontrado con la promoción por parte del profesorado de comportamientos, sexistas, machistas o discriminatorios. En la enseñanza, el número de maestras y profesoras es muy superior al de maestros y profesores y si algo brilla por su ausencia en los centros y en los claustros, según mi modesta experiencia, es el machismo.
Pero lo grave del asunto del “éxito” de la huelga de “curas laicos” de cada mes, es que se jalee el abandono y el absentismo de las aulas por quién más debía cuidar porque no se derrochan recursos públicos en forma de horas de clase perdidas. Araceli Martín, directora del Instituto de la Mujer de de Castilla-La Mancha, ha considerado “muy interesante que los estudiantes se movilicen en todas sus vertientes…” y se ha quedado tan contenta.
Para la próxima convocatoria contra el machismo en las aulas yo me permito sugerirle a la señora directora que promueva talleres, cursos, conferencias…, siempre fuera del horario escolar y de asistencia voluntaria sobre el tema, y compruebe el éxito abrumador de la convocatoria. Huelgas de estudiantes y de curas las hace cualquiera.