Ciudadanos en el huerto de Emiliano
Si había alguna duda de lo que en este momento haría el partido de Albert Rivera si tuviera la posibilidad de ser decisivo en Castilla-La Mancha, Juan Carlos Girauta, el portavoz parlamentario de Ciudadanos las ha despejado todas. Su partido maneja como primera opción dar gobiernos al PSOE en aquellos territorios en los que no haya sanchismo. Blanco y en botella.
Aunque en política, y mucho más en la España del pedrisco, cualquier cosa es posible, hoy por hoy Paco Núñez tendría que conseguir una mayoría clara para que Albert Rivera accediera a otorgarle sus votos. Se está viendo en Andalucía, donde a pesar de tener claro que había que acabar con el régimen de los ERE, el PER del voto cautivo y el paro “estructural” del treinta por ciento, todavía se la cogen con papel de fumar.
Y es que Albert Rivera no oculta su alma socialdemócrata. Lo de menos es que de cada tres votos que recibe dos lo hagan procedentes del PP y uno del PSOE. Quiere conquistar ese espacio de centro izquierda y considera que lo suyo es moderar a los psoes que todavía no se han podemizado. Emiliano, antes de lo de Andalucía, ya le hizo una declaración de fidelidad y camaradería cuando dijo que el amigo Albert tendría cabida en el PSOE al que él se afilió. Y, además, ahí está el ejemplo de la Diputación de Toledo, que le levantaron a García Tizón sin hacer ascos al voto decisivo de la extrema izquierda en su mutación provincial. Con la penitencia cargó el difunto Antonio López, pero la orden venía de arriba. Todo atado y bien atado por la vía del Bono que lo mismo se reúne a cenar con Pablo Iglesias que le vende una moto a Obiang el de Guinea Ecuatorial.
En Andalucía la excusa para apretar las tuercas al PP es no contaminarse con VOX, y Marín pretende que el PSOE del régimen de los treinta y seis años le bendiga. Ciudadanos juega a estar en medio y uno no sabe si al final conseguirá que sus votantes huyan al dudar de para qué servirá su voto, algo que deberán explicar muy claramente en la campaña electoral, porque aquí se da por hecho, con la ley electoral vigente en la región, que Ciudadanos será la tercera fuerza y la cuarta no tendrá representación en los Gilitos.
Esas son las cuentas de García-Page desde hace unos meses y, aunque el batacazo del susanismo en Andalucía les ha hecho dudar en un primer momento, la calma ha vuelto al Palacio de Fuensalida tras la gira triunfal de Emiliano por las televisiones enarbolando la bandera del PSOE constitucionalista y martillo de independentistas. Las declaraciones de Girauta han hecho lo demás. Emiliano pasará las navidades muy tranquilo. Rivera, un amigo.