Castilla-La Mancha, el trabajo que Casado y Núñez tienen por delante
Bono lo repitió hasta la saciedad: los caladeros de votos en Castilla-La Mancha están en la derecha. Hoy se ha confirmado otra vez a nivel nacional. Apenas hace unos meses, el partido de Pedro Sánchez con Emiliano García-Page como cabeza de cartel consiguió una rotunda victoria por mayoría absoluta en las regionales. Le sobraron los escaños que consiguió Ciudadanos y que generosamente le habían ofrecido si le hubieran hecho falta. Ayer con Pedro Sánchez al frente los ciudadanos de CLM han vuelto por donde solían y han puesto los votos en su sitio. Doce diputados a nueve, con el agravante de que cinco de ellos los ha conseguido un partido situado a la derecha del PP. El PSOE ha mantenido los nueve diputados de abril pero los dos partidos de la derecha suman casi el doble de los votos de los que el partido de Sánchez obtuvo ayer. Seguro que Emiliano ha tomado nota. Nunca se ha engañado de lo que tenía que hacer para ganar y siempre ha mirado a los calderos que le señalaba su maestro Bono. Castilla-La Mancha ha votado a la derecha y lo ha hecho machaconamente en la mayoría de las elecciones generales celebradas de la Transición aquí.
Pero si alguien tiene que tomar nota de lo sucedido poniendo a nuestra región en el centro de sus futuras aspiraciones a nivel nacional ese es Pablo Casado, un líder que no puede ignorar las cifras de votantes que ayer se desmarcaron claramente del voto de izquierdas. Castilla-La Mancha tiene sus caladeros en la derecha y lo natural es que sea su partido el que recoja esa cosecha y para ello debe hacer un análisis de por qué en las regionales arrasa García-Page y por qué un partido como VOX ha sido capaz de levantarle buena parte de sus potenciales votantes.
Pero ante todo debe ser el PP de Castilla-La Mancha con su líder Paco Núñez a la cabeza el que debe tomar buena nota del doce a nueve de ayer y preguntarse por qué hace sólo unos meses esos potenciales votantes le dieron la espalda. Los votantes estaban ahí y ayer ha quedado meridianamente claro. Pablo Casado y Paco Núñez tienen por delante el objetivo de reunificar la derecha. Tienen material humano para ello. Las cifras no mienten. En sus manos está. La realidad y los votos están ahí esperando. No hay excusas.