No es casualidad las fotografías de la formación de un cumulonimbo que ha conseguido José Antonio Calvo y que este periódico digital reproducía ayer. El autor es un meteorólogo, autor junto a José Antonio Gallego Poveda del 'Atlas de nubes y meteoros' editado en dos tomos bajo el auspicio de la Agencia Estatal de Meteorología el año pasado: un cazador de nubes, alguien que está ahí siempre mirando al cielo a la espera de un espectáculo tan grandioso como el que recogió con su cámara en los días pasados desde la localidad conquense de Santa María del Campo Rus, donde enmarcó al espectacular cumulonimbo en sus diversas fases de formación entre dos molinos.
Uno siempre recomienda la 'Guía del observador de nubes' de Gavin Pretor-Pinney como un libro que ayudará a cualquier persona a comprender el fenómeno meteorológico que son las nubes. No hace falta ser meteorólogo para leerlo. Tampoco tener grandes conocimientos en otros campos relacionados con las ciencias de la Tierra. Como los grandes divulgadores, Pretor-Pinney sabe alternar la ciencia y la narración sin que la primera se resienta ni la segunda convierta el libro en el cuento de Caperucita y, además, acercar todo ese mundo complejo a cualquiera. También le servirá, como a mí en estos días contemplando la maravilla de la naturaleza en pleno campo manchego, para volver a leer sobre el "Rey de las nubes" o el relato de como un piloto de caza en 1959 sobrevivió a la experiencia de caer a través del núcleo de una de estas nubes. Para hacerse a una idea, la energía acumulada en una de estas nubes llega a ser diez veces la de la bomba de Hiroshima. Son nubes que traen asociadas lluvias torrenciales, tormentas de granizo, ventiscas, rayos, vendavales, tornados, huracanes… pero que no son tan fáciles de observar ya que tienen que darse unas condiciones que no siempre se dan. El cumulonimbo, con su característica forma de yunque en su cima, tenía su base en aquellos momentos en Utiel. Esas fotografías obtenidas a lo largo de dos horas solo han sido posibles por la oportunidad del autor de encontrarse a la distancia adecuada de ella y con la visibilidad ideal.
El autor de las fotos las ha acompañado con la explicación de la secuencia de formación, desde su estado de cúmulos (mediocres y congestus) a la culminación como cumulonimbos, primero, calvus o con la zona superior del yunque (incus) plana y finalmente capillatus, con la zona superior fibrosa y estriada.
En fin, este cazador de nubes con su puesto de rececho colocado en La Mancha conquense nos ha ofrecido uno de esos espectáculos que sólo la Naturaleza y un buen cazador de nubes es capaz de darnos. Muchas gracias.