¿En qué futurista invento castellano-manchego ha invertido 5 millones la Armada de Estados Unidos?
De Castilla-La Mancha al cielo... sin piloto y durante tres meses sin necesidad de descender. Es la sorprendente autonomía del avión solar autónomo Solar Impulse 2, diseñado por la compañía Skydweller en sus instalaciones del aeropuerto de Albacete.
Tanto interés ha despertado esta futurista aeronave que el Navair (Naval Air System o Sistema Aéreo Naval) de la Armada de Estados Unidos ha firmado con la empresa un contrato de cinco millones de dólares con el que se pretende impulsar la investigación del Solar Impulse 2, tal y como ha informado ampliamente la web OMICRONO de El Español.
Con este dinero, según ha explicado el director de operaciones de Skydweller Aero, Sebastien Renouard, la compañía tratará de demostrar "las capacidades y el desempeño del avión", por el que ya se han interesado otros países, incluido España.
Controlado en remoto
Skydweller, que dejará el aeropuerto de Albacete proxímamente para mudarse a unas nuevas instalaciones en Valdepeñas (Ciudad Real), compró el Solar Impulse 2 en 2019 a sus dueños originales. A partir de ahí, la compañía ha convertido al avión en un dron autónomo eliminando la necesidad de tener que ser pilotado, ya que ahora se controla en remoto a través de un software. Eso ha permitido disponer de más espacio en el avión para acoplar más sistemas de vigilancia y detección, lo que le convierte en una joya para los ejércitos.
De hecho, Renouard recuerda que la Armada estadounidense "está encargada de la protección de fronteras y operaciones complicadas en labores de salvamentos", misiones en las que Skydweller se siente especialmente cómodo. "Si pensamos en España, una de las aplicaciones puede ser la vigilancia fronteriza para lucha contra narcotraficantes o la inmigración ilegal", apuntó en una ocasión anterior el repsonsable de la empresa.
Pero el Solar Impulse 2 no se queda ahí. Otra de las aplicaciones potenciales del avión autónomo albaceteño está relacionada con el mundo de las telecomunicaciones y con el apoyo a las infraestructuras terrestres cuando éstas sean inexistentes o pobres en algunos momentos. "Puede convertirse en una antena de comunicaciones en el cielo con 5G y volar sobre una ciudad para reforzar la cobertura en eventos multitudinarios como los deportivos. O en lugares remotos", asegura Renouard.