El año 2020 fue el año Galdós y desgraciadamente el del comienzo de la pandemia. Un puñado de biografías y nuevos estudios sobre su obra vieron la luz. Todos los que he leído, comenzando por el de Francisco Cánovas Sánchez, Benito Pérez Galdós. Vida, obra y compromiso, me parecen notables contribuciones para acercarse a la obra del que es sin duda el mayor escritor español del siglo XIX. Un escritor que se puede codear con los grandes de aquel siglo sin ningún complejo.
Galdós es nuestro Balzac, nuestro Dickens, nuestro Tolstoi, por citar solo a tres gigantes de la literatura. Su Fortunata y Jacinta es un monumento universal al conocimiento del alma humana y sus Episodios Nacionales una lección de cómo aunar literatura, historia y amenidad. Es imposible conocer a fondo el siglo XIX en España sin haber leído los cuarenta y seis libros que se abren en Trafalgar y se cierran en Cánovas.
La pandemia nos dejó sin disfrutar de una exposición programada por el Museo del Ejército para conmemorar el centenario de la muerte de Galdós, dedicada a la primera serie de los Episodios Nacionales, aunque afortunadamente el tiempo viene a remediar casi todo y hasta marzo todo el que se acerque al Alcázar de Toledo podrá hacerlo.
Todas las biografías de Galdós coinciden en la gran cantidad de tiempo y esfuerzo que don Benito dedicó a documentarse de muy diferentes maneras; desde el estudio de la bibliografía histórica disponible, a las memorias de muchos de los protagonistas o a las entrevistas con algunos supervivientes. El rigor histórico estuvo siempre presente como objetivo junto a la amenidad. La fórmula funcionó y sus Episodios fueron un verdadero éxito editorial.
Por ese afán de autenticidad, contemplar objetos relacionados con aquellos protagonistas como es el caso de banderas y armas procedentes de los navíos de la batalla de Trafalgar, los uniformes de los héroes, las descripciones, los documentos de lo que luego se convirtió en materia literaria, no deja de emocionar a cualquiera.
En la primera serie de los Episodios Nacionales, con el escenario bélico de la Guerra de Independencia como fondo, las Fuerzas Armadas y los hombres que lo conformaban entre 1805 y 1814, tienen un protagonismo fundamental, y en los fondos del Museo del Ejército existen verdaderas joyas para que el lector de Galdós se sienta como en casa.
Pero cualquiera que haya pasado por el Alcázar sabe que podría visitarlo de la mano de cualquiera de los episodios que conforman las otras series. Es difícil que un solo hecho histórico del siglo XIX español no esté en Galdós y en el Museo del Ejército de Toledo.