Confidencial

Llamativa ausencia de un alto cargo político de la región en los actos de la Policía

3 octubre, 2017 00:00

No es que tuviera que justificarlo pero al menos sí debió avisar de que no iba a asistir al acto oficial celebrado ayer en Toledo con motivo de la fiesta patronal de la Policía Nacional, los Santos Ángeles Custodios, al que había sido invitado. José García Molina, vicepresidente segundo del gobierno de Castilla-La Mancha ni asistió ni se disculpó, por lo que el papelito con su nombre se mantuvo en la silla que le habían reservado hasta el inicio del acto. El protocolo no le había colocado en la mesa de presidencia porque en representación del Ejecutivo autonómico ya estaba el vicepresidente primero, José Luis Martínez Guijarro, pero sí le habían dejado un lugar prominente junto al resto de autoridades. Dicen que le habían visto en las inmediaciones de la Comisaría donde se celebró la ceremonia. Quizá estuvo dudando hasta el último momento, o quizá le confundieron con otro. El caso es que su ausencia no pasó desapercibida entre algunos de los asistentes.

Como tampoco pasó la del propio presidente regional, Emiliano García-Page, aunque se sabía de antemano que por motivos de agenda no podría acompañar a los agentes de la Policía y a sus mandos. No es Page persona que eluda este tipo de actos, y menos tratándose de las fuerzas de seguridad y en unos momentos tan complicados como los que vivimos estos últimos días. Otro que faltó fue el presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha, Jesús Fernández Vaquero, pero en su caso avisó a los organizadores. Fue en el último momento, lo que revela que algún asunto urgente de orden político reclamó ayer su atención ya que es de lo que cumplen debidamente con sus relaciones institucionales.

La conmemoración fue muy emotiva y se celebró, como ha publicado EL DIGITAL, bajo el síndrome del referéndum ilegal de Cataluña del domingo. No se habló de ora cosa en los corrillos y ocupó buena parte del discurso de los que intervinieron, siendo especialmente celebradas las palabras del delegado del Gobierno, José Julián Gregorio, y del jefe de la Policía Nacional de Castilla-La Mancha, Félix Antolín Diego, que recibió un largo aplauso tras enviar "un fuerte abrazo y palabra de aliento" a los compañeros policías y guardias civiles que están trabajando en un "territorio muy querido de nuestra patria" con el objetivo de proteger "el libre ejercicio de derechos y libertades, la defensa de la Constitución y la unidad de España".