Incarlopsa, una de las potentes empresas cárnicas españolas y una de las que genera un gran número de puestos de trabajo en Castilla-La Mancha, y más concretamente en la localidad conquense de Tarancón, está recibiendo durísimos ataques por parte de algunos medios que se han empeñado en poner en jaque a esta marca proveedora de Mercadona. Aparte de las denuncias que se vienen produciendo en el sector del porcino, unido a la proliferación de macrogranjas, algunas promovidas también por Incarlopsa, y la alarma social que genera en muchas zonas rurales; aparte de las irregularidades que se denuncian permanentemente en el sector y de la sentencia en contra que pesa sobre la empresa taranconense por maltrato animal, asunto que ha salpicado también al actual gobierno de la región; aparte de todo eso, parece que existe un interés especial por desacreditar a este grupo y no se sabe con qué fin.

El último ataque lo ha recibido de una organización denominada Pueblos Vivos Cuenca, que denunciaba este martes en nota de prensa que Incarlopsa no posee la certificación europea Welfare Quality de bienestar animal, a pesar de haberlo publicado en su página web y haberlo incluido en el comunicado que emitieron a raíz de conocerse la Sentencia “que acreditó un incumplimiento reiterado durante cuatro años de la normativa de bienestar animal”.   

Consideran en esta plataforma que es “inadmisible que una empresa de tal magnitud, proveedora de Mercadona, mantenga este tipo de estrategias para hacer frente a esta situación desesperada en la que pretende lavar su imagen difundiendo información falsa, recordemos, a raíz de que Pueblos Vivos Cuenca dio a conocer la Sentencia por maltrato animal”.

Ante la insistencia en este tipo de informaciones y críticas a la que se considera una empresa puntera en el sector cárnico, a la que también se ha puesto en tela de juicio por ser la mayor donante de la Fundación Impulsa de la Junta de Comunidades, hay quienes han empezado a lanzar la idea de que se trata de un ataque en toda regla para empañar su imagen y hacer que pierda peso frente a otros potentes competidores del sector. En ese sentido, tanto desde el grupo empresarial como desde el Gobierno regional se esfuerzan en convencer de que las instalaciones y la actividad de Incarlopsa son las que más control e inspecciones sanitarias tienen a diario, como no puede ser de otra manera. Sus detractores piensan en cambio que gozan de cierta protección de la Junta y que su meteórica e imparable expansión les ha conducido a cometer errores imperdonables.

En cualquier caso es necesario tener en cuenta, sin que ello quiera decir que no deba estar sometida a la investigación y críticas periodísticas, que se está jugando con la credibilidad y solidez de una de las grandes empresas castellano-manchegas, generadora de riqueza y empleo y proveedora de productos para millones de familias de toda España. Estamos seguros de que su larga trayectoria y el hecho de haber llegado tan alto no se debe precisamente a malas prácticas empresariales dentro de un sector especialmente sensible y muy controlado por los servicios públicos.