Confidencial

Las nuevas generaciones toman el poder en el PP-CLM con rescoldos de la vieja guardia

11 octubre, 2018 00:00

No hay más que ver los primeros nombres del nuevo equipo de Paco Núñez en el comité de dirección del PP de Castilla-La Mancha para confirmar que las nuevas generaciones han tomado el poder en el partido. O casi. Si Francisco Núñez da un perfil idéntico a lo que ahora se lleva en la presidencia de los órganos del PP, empezando por Pablo Casado en la nacional, no lo da menos la que va a ser su número dos, Carolina Agudo, que asume el marrón de la secretaría general sin tener apenas experiencia de gestión en esta materia. Ser además la sustituta de Vicente Tirado le añade mayor dificultad al compromiso, si bien es verdad que el político toledano más que de secretario general ha ejercido en muchos aspectos de presidente en estos últimos años. Su labor no ha sido suficientemente reconocida con la excusa de que ha estado a la sombra de Cospedal, pero lo cierto es que si ha habido unidad y cohesión en esta etapa de la historia de los "populares" castellano-manchegos ha sido porque Tirado, a las órdenes de la presidenta, supo reconstruir una organización que hasta ese momento era débil y totalmente dependiente de Madrid. Agudo tiene por delante el reto de mantener y mejorar esa herencia.

Paco Núñez ha renovado totalmente la dirección del PP castellano-manchego con otros rostros también muy jóvenes en cargos destacados como el de la nueva portavoz, Claudia Alonso, o el del secretario de Comunicación, Santiago Serrano. Podrán acusar al nuevo presidente regional del PP de muchas cosas pero no de que no haya cambiado profundamente la estructura de mando del partido. Para ello ha tenido que dejar fuera a pesos pesados de la talla de Rosa Romero, Carmen Riolobos, Jesús Labrador Ana González. La mayoría de ellos tendrán otros cometidos, como la propia Riolobos, que ahora centrará completamente su labor en el Senado, pero al frente de la organización hay un abanico de caras nuevas que, al menos sobre el papel, suponen la entrada de aire fresco en el PP castellano-manchego en unos tiempos de gran incertidumbre en la democracia española.

Todo esto no quiere decir que la llegada de Paco Núñez suponga una ruptura con el pasado. Puede serlo en apariencia, pero no en la realidad. La transición de Cospedal a Núñez se ha hecho de forma ordenada y con unas primarias por medio que el equipo saliente ha controlado de cerca. La renovación, en consecuencia, ni podía ni debía ser completa y alguien del anterior equipo tenía que quedar vivo sin que por ello se tachara al nuevo PP de más de lo mismo de la era de Cospedal. Ese alguien es Antonio Serrano, que se mantiene al frente de la vicesecretaría de Organización, un puesto clave desde el que va a servir de apoyo a la nueva secretaria general y desde el que podrá ejercer mucho más poder del que ha ejercido hasta ahora. También Cospedal y Tirado seguirán teniendo influencia en la nueva ejecutiva, pero no se sabe ni con qué fuerza ni hasta cuando.