Editorial

Mayor atención para el campo de Castilla-La Mancha, un sector clave para la región

15 diciembre, 2017 00:00

La organización agraria Asaja ha dado la voz de alarma sobre la pérdida en este año de mil millones de euros en la agricultura y la ganadería de Castilla-La Mancha a consecuencia fundamentalmente de los efectos de la sequía. Es una cifra extraordinariamente alta y un desastre para muchas familias que viven del campo en nuestra región y que necesitan medidas complementarias para mantener su medio de vida y seguir adelante. Asaja no sólo denuncia el grave daño producido sino también la "impresionante" falta de planificación institucional ante esta situación y sus enormes consecuencias para buena parte de la sociedad castellano-manchega.

Creemos honestamente, y así lo hemos dicho en alguna ocasión, que el consejero de Agricultura y Medio Ambiente de la Junta, Francisco Martínez Arroyo, es uno de los miembros más activos y eficaces del Gobierno regional y un ejecutivo competente al frente de su departamento. Pese a algunos errores y conflictos generados, Martínez Arroyo es un consejero serio y trabajador que, con sus luces y sus sombras, es plenamente consciente de la importancia del sector agropecuario para la economía de Castilla-La Mancha y así intenta demostrarlo mediante su acción política.

Pensamos, sin embargo, que el campo castellano-manchego nunca está lo suficientemente atendido desde las Administraciones públicas y que, una vez más, las familias que viven de la agricultura y la ganadería vuelven a pagar en la región la factura de los desastres naturales y una cierta apatía institucional que siempre está presente. El sector agropecuario es clave y fundamental en Castilla-La Mancha y de él depende innumerables familias y trabajadores para los que toda atención será siempre poca.