El Alcaná

Una novia lejana

8 enero, 2018 00:00

La nieve se ha presentado en La Mancha como un ser de lejanías, que diría Umbral, un invitado a deshora, una mancha blanca entre lunares de olivo, sábanas finas de holanda que cubren la tierra roja y hoy húmeda. Ha sido un reencuentro inesperado, una novia perdida y ajada que se presenta de nuevo, un beso en la boca, frío y fuego a la vez, como sólo es capaz de quemar el hielo. La Mancha se ha abierto en canal para recibir la nieve, no ha sabido ni decirle buenos días. Ha venido de noche, por sorpresa, lamiendo suavemente los cristales de la amanecida, cuando la luz todavía no nace. Y ha sido un esplendor como los de antaño, un fulgor deslumbrante, un vívido resquemor a los ojos, un desnudo de espalda. La nieve ha vuelto a La Mancha y los ríos lo agradecen. El Tajo se hiela y el Guadiana reaparece.

Enero enfila sus primeros días con los deberes recién hechos, después de meses en los que la tripa de la tierra se rajó en secreto, callada, dura, sonrojada. El agua es un bien preciado desde los tiempos del Sinaí y el hombre abandonara el Tigris y el Éufrates. Los manantiales se surten como los niños en Reyes, para todo el año, con nieve de juguetes que corren como torrentes por las laderas de los montes. La nieve me ha vuelto a la niñez, al tiempo en el que no pasaba más que tiempo… Mi hijo Daniel ha visto su ilusión cumplida. Tiene siete años y no la conocía. Los Reyes han cambiado los zapatos por un carbón blanco.

Entre medias, las incidencias y los coches bloqueados. Creo que no estamos preparados en la Meseta para la nieve. La única preparación posible es quedarse en casa y eso, a veces, no es posible. Los románticos lo entendieron muy bien y lo pintaron de forma excelente. El hombre ante la Naturaleza es un ser diminuto, pequeño, ínfimo. Por más que avance, jamás podrá dominarla en toda su furia. Cuando brama y se deshace en látigos de agua, es imposible pararla. Los niños han cambiado la play y el móvil por la nieve. Han conocido la calle y el sonido de las botas cuando resbalan.

El muñeco que salga de la nevada debe durar el invierno y el resto del año. Hablar hoy de política da pereza. Los gimnasios están llenos y los dietistas no dan abasto. Enero en vena, superlativo. Mientras dure la nieve, vamos a disfrutarla. Permítanme que coja una bola del suelo y la deslice entre las líneas de este artículo, igual que unos dedos buscan el último tirante que cae y enseña toda su desnudez.