Editorial

El buen ejemplo de gestión de las Diputaciones en Castilla-La Mancha

8 enero, 2018 00:00

En líneas generaciones las Diputaciones provinciales están dando un buen ejemplo de gestión en Castilla-La Mancha. Pese a que se trata de instituciones muy cuestionadas desde algunos sectores políticos y sociales, las Diputaciones son Administraciones públicas que atienden el día a día de los pueblos y el mundo rural y están muy pendientes de los problemas directos de la gente en estos núcleos de población, constituyendo un instrumento esencial de apoyo sobre todo a los pequeños ayuntamientos. En Castilla-La Mancha, que es una comunidad marcadamente rural, las Diputaciones cumplen una función especialmente relevante, más aún si tenemos en cuenta que su gestión económica tiende a la mayor eficiencia en los recursos públicos.

Aunque no todos los casos son iguales, ya está demostrada la capacidad de gestión y buena administración del dinero público en las Diputaciones castellano-manchegas, independientemente de que sus gastos, actuaciones e inversiones puedan ser cuestionadas desde algunos estamentos. Dos casos sobresalen actualmente en Castilla-La Mancha: la Diputación de Ciudad Real, considerada desde hace años una de las instituciones públicas mejor gestionadas de España, y la Diputación de Guadalajara, con un saneamiento total de sus cuentas públicas. La primera, presidida por el socialista José Manuel Caballero, y la segunda, presidido por el popular José Manuel Latre, son un buen ejemplo de que, al margen de colores políticos, se pueden hacer bien las cosas desde las Administraciones públicas.

Caballero y Latre presiden dos ejemplares equipos de gobierno, carecen de déficit y deuda y están al día en sus pagos y responsabilidades, demostrando con ello que la política es un instrumento eficaz y necesario para servir al ciudadano cuando se trabaja con seriedad y rigor. Las Diputaciones han demostrado en general en Castilla-La Mancha ser unas instituciones cercanas a la gente y a los pueblos y sensibles con sus problemas, y esta actitud de sus dirigentes es la mejor defensa que se puede hacer de su mantenimiento y pervivencia en el actual sistema político.