¿El tamaño importa? Por Pedro Gómez Mora
Finalmente el pez grande se comió al chico. En un episodio más de la larga lista de fusiones y absorciones, el gigante Banco de Santander ha adquirido el balance del Banco Popular de los Previsores del Porvenir (conocido como Banco Popular a secas) por la cantidad de 1 euro.
Es bastante común oír que es necesaria la integración de entidades bancarias para su supervivencia. Sin embargo la trayectoria del Banco Popular contradice tan generalizada afirmación. Hasta el fallecimiento de su presidente emblemático, Luis Valls Taberner en 2006, el Banco se opuso a cualquier fórmula de integración con otras entidades. Estaba el Banco a lo suyo, con un desempeño excelente en el negocio, de forma tal que se consideraba como uno de los bancos más rentables del mundo. Los nuevos gestores, una vez desaparecido Valls, insertaron el Banco en el negocio inmobiliario que vivía el boom por aquellos años, con el objetivo de crecer y crecer y ahí empezaron los problemas, generalizándose los créditos fallidos y la morosidad; si a eso añadimos el hecho de que se confió la dirección del Banco a gestores poco experimentados, el cóctel estaba servido…solo faltaba que alguien quisiera beber ese cóctel y para eso siempre está dispuesto el Banco de Santander.
Pero además la historia no es nueva. No han sido las cajas de ahorros de menor tamaño las únicas con problemas; yo diría que los problemas mayores los han protagonizado las cajas mayores: Caja Madrid, segunda del país, luego reconvertida en Bankia, al producirse la fusión con Bancaja, que era la cuarta en tamaño; Caixa Catalunya, tercera en el ranking de dimensión por balance; Caja del Mediterráneo, quinta….La crisis de las cajas ha supuesto la práctica desaparición de estas entidades, que acumulaban aproximadamente el 50% de los depósitos bancarios y una cifra similar de activos del sistema financiero español antes de la Gran Recesión iniciada en 2008.
Y es que no es el tamaño lo que importa sino el equilibrio; es decir el balance saneado; una adecuada combinación de activos y pasivos y de su vencimiento . Al respecto es pertinente recordar que solo dos cajas de ahorro sobreviven con el estatus propio de estas entidades. ¿Saben Vds. cuales?: Caja Pollensa y Caja Onteniente; chiquitas, pero hasta ahora (toquemos madera) sanas.
Al sector de las cooperativas de crédito, es decir las Cajas Rurales también le llegó la hora de las fusiones y absorciones. El sector es pequeñito; acumula un 7% aproximadamente del negocio bancario en nuestro país. Y las fusiones no diré que son todas malas; de hecho algunas y muy cercanas a nosotros han supuesto un verdadero éxito, pero por el hecho de que están bien dimensionadas; es decir con adecuado equilibriro entre financiación e inversiones; de hecho subsisten entidades locales pequeñas que continúan a su nivel siendo rentables. El sector de las cooperativas de crédito es el único que durante estos años no ha precisado ni solicitado ningún tipo de ayuda oficial para sobrevivir; aún así mucho me temo que, consumada la deglución de las cajas, el sector bancario vaya de aquí a poco a por las rurales, para quedarse así con todo el negocio….todo empieza por el desprestigio y luego por la justificación de un tamaño mayor….es algo conocido. Ya pasó, digo, con las cajas, pero antes con la banca pública que formada por diversos bancos confluyó en Argentaria, finalmente absorta por el BBVA…y es que la concentración bancaria tan querida por los grandes se reviste de necesidad, cuando solo es búsqueda de monopolio.
Pedro Gómez Mora. ADES-CLM