Emiliano mientras suena Rosalía
Toledo a las cuatro de la tarde. Enciendo el ordenador para escribir estas líneas y el aire calentorro que desprende el ventilador del cacharro que aporreo lo pone todo muy cuesta arriba. Por suerte, YouTube me recomienda a la nueva diva del flamenco, la imponente Rosalía, y escucho cómo en uno de sus cantes rejuvenece con un gusto exquisito 'La chiquita piconera', una vetusta copla de Conquita Piquer. "Mira tú si yo te quiero, que sigo y sigo esperando, al laíto del brasero, para seguirte pintando. Válgame la soleá, haber querido olvidarte y no poderte olvidar".
De pronto imagino la escena y, en plena ola de calor, me agobia pensar en un brasero. Con 40 grados ni siquiera apetece amarse a la hora de la siesta si no es con el aire acondicionado funcionando al máximo. La imagen mental de las brasas no acaba de esfumarse y me termina llevando a la disnea. Entiendo que, en estas circunstancias, no puedo escribir nada coherente. Me levanto al frigorífico, bebo agua y regreso con mi cabeza perezosa intentando generar contenidos para hacer de esta columna algo medianamente digno.
Me siento de nuevo frente a la pantalla y la catalana Rosalía sigue sonando. "Toma este puñal dorao, y ponte tu en las cuatro esquinas, y dame tu de puñalás...". Automáticamente, la estrofa me genera una visión que muestra Emiliano García-Page traicionado de nuevo después de intentar pactar por segunda vez los presupuestos regionales con José García Molina. Es algo irracional, una imagen fugaz que se ha instalado en un recoveco de mi mente a las primeras de cambio. Quizá sea un presentimiento o simplemente un delirio generado por el calor y la angustia de no tener ideas claras para analizar lo que está pasando en la política regional, que se supone que es lo que me toca hacer aquí.
Doy un like al tema que acaba se acaba de reproducir por completo, 'Si tú supieras compañero'. YouTube entiende que quiero más de Rosalía y comienza a sonar 'Antes de morirme'. Me descoloca por completo. Esto no es flamenco sino algo parecido al trap. Ella me recuerda mucho a Rihanna y canta junto a un tipo que no conozco de nada e intenta hacerse el tipo duro. El ritmo es muy adictivo. "Yo no quiero hacer lo correcto, pa'esa mierda ya no tengo tiempo. Pa'esa puta mierda ya no tengo tiempo". Creo firmemente que a Emiliano también se le ha pasado por la cabeza en los últimos días ser valiente, dejar atrás a los que le traicionaron y lanzarse a la piscina. Solo una llamada a Cospedal podría servirle para salir del atolladero. Por ahora no ha dado el paso. Ambos compartieron espacio vital en el Enclave Corpus organizado el pasado martes por este periódico pero no hablaron más allá del educado saludo.
La tercera vía es la convocatoria anticipada de elecciones. El tema sigue. "Vámonos de aquí no quiero esperar, el cielo está en algún otro lugar...". Lo estaba. Con Susana Díaz al mando del PSOE, el cielo de Emiliano estaba en otro lugar. Pero las cosas no han salido como esperaba y, pese al sofoco, creo conservar la lucidez suficiente para dejarles claro que el presidente regional necesita imperiosamente mantenerse al mando de Castilla-La Mancha para salir del agujero profesional en el que anda metido. Las siguientes elecciones serán en 2019 aunque ahora se intente hacer creer lo contrario desde el aparato para que recordar quién tiene la sartén por el mango.