Los grandes olvidados, nuestros mayores
Uno de los grupos más vulnerables de esta horrible guerra, fruto de la invasión de Rusia a Ucrania, son las personas mayores; ciudadanos ucranianos que no pueden huir; que están impedidos físicamente para salir de sus casas para ir a los refugios porque están limitados físicamente; con problemas de salud o dependientes de sus cuidadores; incluso las que viven solas, mientras las bombas y misiles caen sobre ellas, quedando atrapadas en sus ciudades; y es en este escenario bélico donde las personas de la tercera edad sufren especialmente. Todos sufren, mucho, pero los hay que más y parecen olvidados.
HelpAge España, organización que ayuda a las personas mayores para que puedan disfrutar de una vida digna, segura, activa y saludable, informa que las personas mayores en Ucrania se enfrentan al abandono y al aislamiento; y esta situación no sólo sucede en este conflicto, sino en todos los países en guerra. Nuestros mayores son tantas veces los grandes olvidados.
Y es que no sólo la guerra está evidenciando el drama de las personas mayores, sino la pandemia de la Covid-19 ha agravado la situación de estas personas tan vulnerables con consecuencias negativas sobre su salud, como son la soledad y la depresión, agudizándose también en muchos casos enfermedades que ya tenían. Además, están sufriendo los problemas económicos de esta crisis sanitaria y ahora de guerra, viviendo con dificultades económicas, en riesgo de pobreza y desamparo.
Hace falta seguir atendiendo y protegiendo a las personas en edad avanzada en nuestra sociedad, no sólo a nuestras personas queridas, sino también a todas aquellas que viven solas, que necesitan compañía y que presentan deficiencias económicas, sociales y sanitarias; garantizar el bienestar de nuestros mayores debería de ser uno de los objetivos de cualquier Administración; prestando atención a aquellos que en su día fueron jóvenes y a los que les debemos tanto. Necesitan de todos nosotros; ahora más que nunca es imprescindible nuestra ayuda y solidaridad.
Los ancianos también sufren el impacto de la cultura del descarte reinante en la sociedad actual. Se excluye a esta población porque a veces ya no son valorados; ellos requieren también de nuestro tiempo y de nuestros cuidados, pues no son invisibles, sino que precisan de nuestro respeto y protección. Las Administraciones públicas y aquellos que las gobiernan tienen que impulsar y fortalecer políticas sociales de atención a estas personas más mayores.
Recordemos las palabras del Papa Francisco, el 25 de julio de 2021, en la homilía con motivo de la Jornada Mundial de los Abuelos y Ancianos, donde pidió cuidar a los mayores porque “no son sobras de la vida o desechos que se deben tirar, sino personas que se han ocupado de criar a las generaciones más jóvenes, de darles amor y comprensión”.