A IU y Podemos no les gusta la moda de Amancio Ortega
El pasado mes de abril, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, firmaba un protocolo de intenciones con la Fundación Amancio Ortega que posibilitará inversiones por valor de quince millones de euros en adquisiciones de equipamientos oncológicos de última generación para la detección y tratamiento de este tipo de patologías en diversos hospitales de Castilla-La Mancha. Un valioso programa de la fundación del mayor accionista del grupo empresarial textil Inditex incluido en el plan nacional de renovación tecnológica del diagnostico y tratamiento radioterápico del cáncer a desarrollar en los hospitales públicos de todo el país con un presupuesto de 320 millones de euros. No son estas las únicas aportaciones del filántropo en la región: gracias a sus becas varios jóvenes de esta tierra podrán también estudiar el bachillerato en Canadá y Estados Unidos.
De inmediato, Izquierda Unida y Podemos tacharon la iniciativa de “filantropía barata”, unos “donativos” que, en opinión de ambas formaciones, vienen a hacer un “lavado de imagen del donante, cuando se trata de una persona cuyos ingresos son obtenidos de forma cuestionable”, convirtiendo así en sospechosa la procedencia de tales donaciones. Naturalmente, las consignas de los dos partidos se predicaron de inmediato en todos los pulpitos institucionales a su alcance incluida Castilla-La Mancha. Dos cualificados representantes de IU en la región, Jorge Vega y Txema Fernández, a falta de otros argumentos, censuraban el protocolo firmado en su día con la JCCM, conforme a su particular inspiración, por ser un fondo a cambio de más suelo industrial para la firma en Marchamalo (Guadalajara).
La actividad filantrópica y la generosidad desinteresada, como la que desarrolla la Fundación Amancio Ortega en toda España, sigue incomprensiblemente levantando sospechas y cuestionado por los de siempre. Iniciativas que mejoran cada día la vida de los ciudadanos donde se ejecutan, como en el caso de Castilla-La Mancha, y que suponen también un incremento en la inversión pública de la comunidad, en Sanidad en esta ocasión. Sectores tan sensibles como la inclusión social, la salud, educación, cultura, o conservación del medio ambiente, vienen siendo los destinos habituales de estas actuaciones.
Necesita este país más filantrópicos y personas implicadas con el bien común, no necesariamente multimillonarios, que no solo favorezcan la solución mancomunada de problemas, sino el desarrollo de una sociedad más solidaria y justa. Incluso a pesar de predicadores, ignorantes vaticinadores sin sentido, y de formaciones políticas que sólo utilizan esta clase de combustible para hacer carburar sus planes cada vez más gripados. Una combustión, como la que se utiliza para la ocasión de Marchamalo, donde se construirá una plataforma logística proveedora de Inditex, se crearán más de tres mil puestos de trabajo, y será un “elemento dinamizador de la economía” de la zona, como manifestó en su día el alcalde de la localidad alcarreña.