Sindicatos
En España, según distintos informes, tan sólo el 15 por ciento de los trabajadores están afiliados a un sindicato, una cifra inferior a la media de la Unión Europea donde existen países como Dinamarca, Suecia o Finlandia donde este porcentaje supera el 70 por ciento. Los sindicatos en España no pueden ni deben limitarse a la simple representación de sus afiliados si pretenden alcanzar la influencia social y afiliación de aquellas naciones. Incluso, están ya siendo últimamente varias las movilizaciones y protestas sociales en este país que se están canalizando a través de colectivos y grupos que en absoluto tienen que ver con las organizaciones sindicales. Al dejar de monopolizar el dominio de la protesta, los casos recientes de pensionistas o las mareas reivindicativas de la mujer han dejado de lado cualquier tipo de asociación sindical para expresarse públicamente de una forma más concluyente e independiente.
No obstante, en España son 266.000 los delegados sindicales elegidos en los diferentes comicios celebrados en España entre 2013 y 2017. Procedentes de una quincena de centrales, Comisiones Obreras y la Unión General de Trabajadores siguen siendo las organizaciones mayoritarias pues representan a la gran parte de asalariados en este país, siete de cada diez, con Navarra (2,5%), País Vasco (2,2%), y La Rioja (2,1%) con un mayor número de delegados respecto a la población asalariada. CCOO revalida así el primer puesto como sindicato mayoritario del país con 9.000 delegados más que UGT en las elecciones celebradas durante dicho periodo.
En esta mayoritaria presencia de CCOO en ocho comunidades autónomas del país -UGT lo es en Cantabria, Navarra, Murcia, Galicia, Baleares y La Rioja- destaca Castilla-La Mancha con el mayor porcentaje de representación del sindicato de todo el país, el 43,7 por ciento de delegados elegidos en la región, catorce puntos más que UGT. Una diferencia sustancial sostenida por la labor y utilidad social que el sindicato regional y sus diferentes federaciones vienen prestando a los trabajadores en esta tierra. Una región donde las huelgas y días perdidos por paros repuntaron con fuerza el pasado año, debido principalmente a las negociaciones salariales de los trabajadores, despidos colectivos y regularizaciones de empleo.
Una colectividad laboral que precisa de los sindicatos para dar respuesta a la desmedida precariedad laboral que en estos momentos sufre el país, tasa de paro juvenil, especialmente elevada en Castilla-La Mancha, y del colectivo de mayores de 45 años. Incluso a pesar de la pérdida de influencia institucional de antaño, los sindicatos siguen siendo necesarios para encauzar la conflictividad social en este país, la tarea institucional para la que están llamados y han sido votados.