El Pasante

Borrico grande, ande o no ande

20 julio, 2018 00:00

Es la consejera Patricia Franco una experta en el arte del trile, que para sí quisieran tantos del oficio que pululan por las playas y mercadillos más concurridos de este país manejando, caja de cartón mediante, las tres cartas o el cubilete y la bolita. Esta misma semana nos ha dado Franco una nueva muestra de sus habilidades desde el púlpito institucional. En esta ocasión, en el foro B2B, ante importadores internacionales de vino de tres zonas geográficas muy importantes para el sector: Europa, Asia y América. La consejera de Economía, Empresas y Empleo de Castilla-La Mancha declaraba ante la audiencia del encuentro celebrado en Toledo que nuestra región se había situado en 2017 como líder de exportación de vino en todo el país, tanto en volumen como en valor total, con un aumento del 16 por ciento.

En efecto, según el Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV), Castilla-La Mancha lideró el pasado año el volumen de las exportaciones de vino del país, tanto en importancia como en valor. Una posición, sin embargo, obtenida gracias a la venta de vinos muy baratos y de la situación tan excedentaria por la que atraviesa la región. Un reto que el sector se ve incapaz de solucionar con el fin de adecuar, planificar y poner en valor unas estructuras productivas todavía deficientes que siguen transfiriendo, a pesar de lo que quiera hacernos creer la locuaz consejera, a terceros la mayor parte del valor añadido de nuestros vinos. Un precio de las exportaciones que en Castilla-La Mancha durante el pasado año, con la provincia de Ciudad Real a la cabeza, fue de 804,3 millones de euros gracias a la venta de 1.489,7 millones de litros, la mitad de toda España. Unos caldos que promedian un valor de 0,53 euros/litro -el más bajo del país tan solo por encima de Extremadura (0,50)-, y menos de la mitad del precio medio nacional (1,11 euros).

Crecida en su locuacidad y en la convicción de que borrico grande, ande o no ande, la consejera Franco destacaba además que la región había arrebatado en 2017 a Cataluña el primer puesto por el valor total de las exportaciones vitivinícolas. Omitía, sin embargo, que ese liderazgo se había conseguido gracias a la venta de un ingente volumen de vino a un precio irrisorio, que apenas superaba el medio euro de cotización, mientras que los caldos catalanes se estaban comercializando a 2,72 euros/litro; o a 5,27 los de Castilla y León, Asturias (3,74), País Vasco (3,60) y La Rioja (3,11).

Concluida su intervención y abandonada a cualquier escrúpulo y vergüenza, la parlanchina debió pensar que el incauto había sido cautivado. Una población, sin embargo, agotada de los manejos de sus gobernantes. Políticos que para inyectar optimismo y valor a su actuación acostumbran a manejar cifras y datos a su antojo, pregonando estadísticas narradas bien distantes y distintas a las obligadas por cualquier análisis mínimamente riguroso.