El conocido periodista y escritor Pedro G. Cuartango es un experto en asuntos de espionaje. En su último libro -Anatomía de la traición (Círculo de Tiza, 2021)- habla de este apasionante mundo y de los personajes que lo han poblado a lo largo de la historia: agentes dobles, colaboradores, espías o fugitivos que influyeron de algún modo en diversos acontecimientos actuando por convicción, por ideología o por dinero.
En una entrevista de de Carlos H. Vázquez para Vozpópuli, Cuartango, entre otros muchos personajes, se ha referido al conquense Alberto Saiz, que fue jefe del CNI cuando José Bono mandaba en el Ministerio de Defensa. Saiz había sido consejero del Gobierno de Catilla-La Mancha también con Bono, y en ambos casos, como jefe del CNI y como consejero, pasó con más pena que gloria.
Al recordarle el entrevistador a Cuartango que había comparado a Alberto Saiz con Roger Hollis, y que había dicho de este último que tenía una grandeza trágica de la que carecía Saiz, a quien se le había subido el cargo a la cabeza y consideraba que los espías estaban “para quitar las algas de su piscina”, el entrevistado responde que "eso es verdad. Alberto Saiz fue un mal jefe del CNI y lo que hacía a veces era utilizar el servicio para quedar bien con todos los gobiernos, con los poderosos… Tuvo que dimitir por unas escandalosas fotos que se publicaron de él pescando en África. Fue un pésimo director de los servicios secretos al que le quedaba muy grande el cargo".
"¿Un poco “mortadelesco” a lo mejor?", le pregunta Vázquez a Cuartango: "Sí. Es un poco cruel, pero se podría decir que Alberto Saiz convirtió los servicios secretos en algo similar a las historias de Mortadelo y Filemón. Había altos cargos que iban a cazar a una finca del CNI cerca de Toledo y ya les ponían las perdices. Es patético. Por eso te digo que sí, que podríamos considerar que en cierta forma los servicios secretos en esa época tuvieron un papel muy triste y muy esperpéntico".
Tras su paso por el CNI (de 2005 a 2009), Saiz desapareció de la escena política y no ha vuelto nunca a ella. En 2017 se le relacionaba con empresas de seguridad, según publicó EL ESPAÑOL en junio de aquel año. Fue sustituido en el CNI por otro conquense, Félix Sanz Roldán.